Estamos a un día de celebrar el encuentro de las trece lunas y el día perdido en el tiempo, momentos de gran significado en los que la esencia y la sabiduría se alzan en una bandera de libertad.
Desde la aparición del hombre se mantiene una teoría en la que se considera que el hombre surgió del maíz…
Cuenta la historia que… Los dioses en su gigantesca vanidad querían ser venerados, aclamados, adorados y glorificados, quieren tener súbditos que los amen incondicionalmente. Primero crearon a los animales, de todas las clases, les designaron sus lugares y sus costumbres alimenticias. Pero los animales no podían contestar a la palabra, los animales no tenían el don del habla y al no hablar no podían venerar a los dioses, el propósito original con que habían sido creados falló. Por esta razón los animales fueron rebajados a seres de espíritu inferior destinados a comerse los unos a los otros por toda la eternidad.
Los dioses tuvieron dos intentos fallidos más: primero vino el hombre de barro que fue frágil, hablaba y adoraba a los dioses, pero se quemaba con el fuego, se endurecía con el sol y se deshacía con las lluvias. Los dioses deshicieron entonces a sus primeros hijos.
En segundo término crearon los hombres de palo, extraídos de la madera de los árboles. Los hombres de madera no tenían sentimientos, no eran capaces de ver más allá de sí mismos, veían el mundo como una herramienta que debía ser utilizada para satisfacer sus necesidades, no son capaces de utilizar la palabra para adorar y agradecer a los dioses por la mismísima creación. Entonces los dioses enviaron el Diluvio Universal (presente en todas las culturas) para destruir a todos los hombres del mundo.
Los sobrevivientes del diluvio fueron degradados a otra forma de vida más primitiva, y convertidos en monos.
Fueron los animales quienes llevaron entonces a los dioses lo que estaban buscando, la materia de la que nacería un ser capaz de venerarlos por el resto de sus días, un ser capaz de aceptar el don de la palabra. La sustancia que las ratas llevaron ante los dioses era la mazorca del maíz, que encontraron en lo que hoy sería el valle de México.
Los dioses crearon entonces el hombre y la primera mujer de maíz. Ellos hablaron, vieron, amaron, supieron, fueron dotados de sabiduría, alma, sustancia. Los dioses por fin consiguieron lo que siempre habían querido. Por fin eran adorados, los hombres les hacían alabanzas en su honor.
Aquí los dioses vieron su propio error. Los hombres de maíz sabían todo, veían todo. Estaban a la par de los dioses en todo tipo de conocimiento. Se habían emocionado tanto con ellos que los habían dotado de una sabiduría tan grande que pronto opacaría la de ellos mismos, y eso jamás lo permitirían, ya que los dioses mayas son orgullosos como los humanos.
Entonces acortaron la sabiduría del hombre, acortaron su visión, para que no vean más allá de lo necesario. Ya nunca más vieron a los dioses a la cara, ya nunca más vieron la luz de la sabiduría, pero siempre recordarían eso en sus corazones, y eso los impulsaría a seguir y a dar gracias a los dioses por las cosechas.
Para vibrar con la energía de los Dioses tan manifiesta estos días te invito a quitarte las vendas que los dioses nos pusieron como castigo para que no los destronáramos por nuestra sabiduría y capacidad para amar.
Para hacerlo mi consejo es que tomes una mazorca y quites tú mismo con tus manos sus hojas, siente como te recuperas, y te fortaleces con la energía del Sol, toma las barbas del maíz, en ellas está contenida toda su fuerza y su poder, así que prepárate una infusión que hoy fungirá de elixir.
Con la ayuda de una piedra (puede ser la de amolar tus cuchillos) frota la mazorca y desgránala lo más que puedas. Luego mira hacia arriba y respira profundo siente como te iluminas con la luz del Sol y amasa los granos de maíz, prepárate unas deliciosas cachapas, arepas o tamales.
El Maíz es el ingrediente que les invito a incluir en sus recetas todos estos días hasta el 26 de Julio que se conmemora el inicio de un nuevo ciclo para los mayas.
Fuente consultada: wikipedia.org, nosvisitan.com
Foto: nosvisitan.com
Lourdes, todos los dias