Sirio, la estrella más brillante en el cielo nocturno, asciende como a las 10 p.m. y se mantiene visible toda la noche. Se ve tan brillante porque produce como 30 veces más energía que el Sol y porque está a menos de 9 años luz de distancia. Solo unas cuantas estrellas están más cerca.
El misterio de la estrella Sirio y el pueblo dogón
Los avanzados conocimientos del pueblo dogón sobre la estrella Sirio se han considerado un misterio durante décadas. Sin telescopios ni otros medios tecnológicos, ¿cómo alcanzaron los dogones esos conocimientos?
Sirio, la estrella más brillante del cielo nocturno, es visible desde el polo sur terrestre hasta las latitudes de Islandia. Desde las civilizaciones más antiguas su intenso brillo siempre ha fomentado la curiosidad y fantasía del hombre; en Egipto, por citar un ejemplo, el día de su aparición sobre el horizonte después de un periodo de invisibilidad (lo que los astrónomos llamamos el ‘orto helíaco’) marcaba el inicio de las inundaciones del Nilo.
Sirio debe su intenso brillo aparente a su proximidad a la Tierra, pues se encuentra a una distancia de tan sólo 8,6 años-luz. La estrella que nos fascina a simple vista es dos veces más masiva y 25 veces más luminosa que el Sol y tiene un rápido movimiento propio en el cielo.
Fue el estudio de este movimiento, que presenta unas marcadas oscilaciones, lo que hizo predecir al astrónomo alemán Friedrich Bessel en 1844 la existencia de una pequeña compañera, Sirio B, que acabó siendo observada por el astrónomo estadounidense Alvan Graham Clark en 1862. Sabemos hoy que Sirio B no es más que una estrella enana blanca, un pequeñísimo residuo estelar compacto e inerte. Aunque tiene la mitad de la masa del Sol, Sirio B es del tamaño de nuestro planeta Tierra. Por su débil brillo y su proximidad a la deslumbrante Sirio A, es imposible observar Sirio B sin un buen telescopio.
Sirio A y Sirio B se encuentran ligadas gravitacionalmente. Según se estimó en 1851, una década antes de la primera observación de Sirio B, el tiempo que tarda ésta en dar una vuelta alrededor de Sirio A es de 50 años. Más recientemente se han detectado ciertas anomalías en el movimiento orbital de Sirio B que podrían explicarse con la presencia de una hipotética tercera estrella, Sirio C, que a pesar de los esfuerzos de los astrónomos nunca ha sido observada, por lo que su existencia resulta aún incierta.
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Nota: Esta información sólo es válida para el Hemisferio Norte.
¿Cuántas veces te detienes a observar lo que el cielo cada noche coloca en cartelera?… Recuerda el axioma que dice “Como es arriba… es abajo”… El cielo y las estrellas no son un adorno… son una realidad.
Observar nos conecta en un 30% con la energía del Universo. Imitar lo observado nos conecta en un 70% con la energía del Universo… Emular lo observado nos convierte en la energía.
Fuentes: radiouniverso.org, lomas.excite.es
Imagen: lomas.excite.es