Urano, el tercer planeta más grande en el sistema solar, está realizando su mejor espectáculo del año. Asciende a la izquierda inferior de la Luna esta noche, y bastante cerca y hacia la derecha inferior de la Luna mañana por la noche.
Urano y Gea
En la mitología clásica, Urano es el Dios primordial del cielo. En la mitología griega era personificado como hijo y esposo de Gea, la Madre Tierra. Ambos fueron ancestros de la mayoría de los dioses griegos.
Otras fuentes le atribuyen un parentesco diferente. En su obra De natura deorum, Cicerón afirma que era descendiente de los antiguos dioses Éter y Hemera. Según los himnos órficos, Urano era el hijo de la diosa de la noche, Nix.
Mitología
En el mito de la creación olímpica, como cuenta Hesíodo en su Teogonía, Urano acudía cada noche a cubrir la tierra y unirse a Gea. De esta unión nacieron los titanes Crío, Ceo, Hiperión, Jápeto, Océano y Crono, y las titánides Temis, Rea, Tetis, Tea, Mnemósine y Febe, modelos de belleza y deidades de animales y vegetales, océanos, bosques, mares, lagos y ríos. Pero sus hijos menores resultaron ser monstruos: los Cíclopes (Arges, Brontes y Estéropes), gigantes de un solo ojo, y los Hecatónquiros (Coto, Briareo y Giges), gigantes de cien brazos y cincuenta cabezas.
Urano se avergonzó de ellos y decidió encerrarlos en el Tártaro, el mundo de las profundidades y la oscuridad. Gea sin embargo los amaba, así que incitó a los titanes a que se rebelaran contra su padre. Urano terminó por encerrarlos también en el Tártaro. Gea acudió a ayudarles con las titánides. Pero apenas liberados, los cíclopes atacaron a los titanes, y los hecatónquiros a las titánides, celosos de su belleza.
Gea se vio entonces obligada a encerrar por su cuenta y para siempre a cíclopes y hecatónquiros. Gea pidió ayuda a sus hijos, titanes, para vengarse de Urano, pero sólo Cronos estuvo dispuesto a cumplir con su obligación. Cronos encontró a Urano confiado en brazos de Nix, con la que había engendrado a Tánatos e Hipnos, y le castró con una hoz de pedernal que le había dado Gea, arrojando los genitales tras él. Al salpicar la sangre (o, según el mito, el semen) de éstos en la Tierra, surgieron los Gigantes (más tarde destruidos por los dioses con la ayuda de Heracles), las Erinias, las Melias (ninfas de los fresnos) y, según algunos, los Telquines. Cronos arrojó al mar la hoz (que dio origen a la isla de Corfú, aunque otras versiones cuentan que la hoz ensangrentada fue enterrada y de ella nació la fabulosa tribu de los feacios, que habitaba esta isla) y los genitales de Urano, donde produjeron una espuma de la que nació Afrodita. Cronos encerró entonces a Urano en el Tártaro junto con los cíclopes y hecatónquiros, a quienes también temía.
Tras esta victoria Cronos subió al trono y reinó en el Universo. Gea y Urano, poseedores del conocimiento del porvenir, vaticinaron que uno de sus hijos le arrebataría el poder, como él había hecho con su padre, por lo que Cronos devoró a sus cinco primeros hijos a medida que fueron naciendo. Cuando Rea quedó encinta por sexta vez, desesperada al ver cómo Cronos se tragaba a sus hijos, se escondió en la isla de Creta, donde dio a luz a Zeus. Engañó a Cronos, dándole a comer una piedra envuelta en pañales. Zeus creció en secreto, y al ser mayor, con la ayuda de Gea, le dio a Cronos una pócima que le hizo vomitar a sus hermanos. Con su ayuda y con la de los Cíclopes, que había liberado del Tártaro, logró vencer a Cronos y a los Titanes. Cronos fue encadenado en el Tártaro y Zeus ocupó el Olimpo.
Nota: Esta información sólo es válida para el Hemisferio Norte.
¿Cuántas veces te detienes a observar lo que el cielo cada noche coloca en cartelera?… Recuerda el axioma que dice “Como es arriba… es abajo”… El cielo y las estrellas no son un adorno… son una realidad.
Observar nos conecta en un 30% con la energía del Universo.
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Emular lo observado nos convierte en la energía.
Fuentes: radiouniverso.org