Si preguntas cuáles son los sentidos del ser humano, el mayor porcentaje de quienes respondan mencionará de entrada el sentido de la vista, para la mayoría de los humanos sobre la tierra es muy sencillo despertar cada mañana abrir los ojos y ver.
Al ser capaces de percibir colores, las formas y movimientos, sin pensarlo somos aptos de reconocer los objetos inmediatamente y diferenciarlos sin importar el punto del que miremos o si está parcialmente oculto, sus sutiles diferencias son suficientes para identificarlos como lo que son y lo más asombroso es que podemos hacerlo simultáneamente con muchas imágenes a la vez.
Damos por sentada la vista que nos da ubicación con satisfacción inmediata en nuestro cotidiano acontecer y generalizamos su uso con frases como “Ahí nos vemos”, “No te he visto en todo el día”, “¿Es que no ves?”, “Es que no quiero ni verlo”.
Pero el sentido de la vista es mucho más complejo de lo que pensamos. No fue realmente sino hasta hace poco que comenzó a entenderse el proceso por el cual se recrea el campo visual en el cerebro y cómo se integra con otros sentidos. La vista no funciona sola, ella percibe fragmentos. Pero es el cerebro el que se encarga de interpretarlos y ponerlos o sacarlos del contexto llenando las piezas que faltan del rompecabezas.
La conciencia de estos descubrimientos no sólo ayudó a los científicos en el estudio de las debilidades de la vista humana, también le obsequió a los futurólogos la opción de construir una “visión” futurista “ayudando al ojo y al cerebro a ver”, acercándonos al punto de vista de Terminator (película de James Cameron de 1984) o de Robocop (de Paul Verhoeven en 1987).
Google ha comenzado a vender lentes al estilo ciencia ficción los llamados “Google Glass”. Están provistos de un potente procesador, micrófonos, sonido, una cámara, sensores de diversos tipos y radios inalámbricos. Todos sus componentes le dotan de una rápida comunicación y un excelente sentido de posición y orientación en el espacio.
Aún pagando un precio de 1,500 dólares, la mayoría de los compradores no podrán tenerlos en sus manos, pues algunas leyes y regulaciones impiden que los lentes sean enviados fuera de los Estados Unidos.
Sergey Brin, uno de los co-fundadores de Google, los presentó en el evento Google I/O y dijo que trabajan en su perfeccionamiento. Pero a estas alturas los Glass ya aprovechaban toda la tecnología de Google permitiendo visualizar características de productos, direcciones y recordatorios de agenda, tecnologías (ya implementadas en los teléfonos inteligentes), presentadas en una suerte de “Realidad Aumentada” que incluirá las habilidades de comunicación por redes sociales, por correo, telefónicas y de video conferencia.
Este es tan sólo un pequeño paso, ya existen experimentos conducidos por la Universidad Aalto en Finlandia para un dispositivo «biónico»: Un lente contacto que utiliza circuitos de metal de aproximadamente una milésima del ancho de un cabello humano; la lente transmite la información a un chip de zafiro transparente que contiene un micro-LED, de sólo un tercio de un milímetro de diámetro, aún se trabaja para reducir su consumo de energía y la eficiencia en el video.
Estas fantásticas tecnologías se suman progresivamente para cambiar en un tiempo cercano la perspectiva del “cómo vemos las cosas con los ojos”, pero el secreto de la observación está en nuestro cerebro humano y la capacidad de maravillarnos con cada cosa nueva que vemos estará siempre en nuestra alma inmortal.
Autor: Daniel Ríos
Imágenes: yoyopress.com; geeky-gadgets.com