2. La Esfera de la Luna en el “Tercer camino”
En la Esfera I de la Luna en donde me encontré con mis miedos, con mis fantasmas, en donde comprendí que solamente cuando fui madre fue que recupere mi esencia. Durante mi embarazo pase meses en absoluto reposo, meses en los que aprendí a sentir en mi cuerpo, a ese pequeño ser, producto de un gran amor y un aún más grande deseo. Aquí el amor ya no era pantanoso sino sensorial. Tres veces le devolví la vida, mis vivencias durante esos meses me dieron el regalo de la plenitud que desde entonces me acompaña aunque la vida me haya dado tantas lecciones para arrebatármela.
En la Esfera II de la Luna me encontré a mí misma, comprendí vivencialmente las palabras de García Márquez cuando dijo:
“Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez”.
En la Esfera Lunar I, nosotros “parimos” o somos “paridos”.
En la Esfera Lunar II hay un nacimiento “simbólico” producto de nuestra comprensión, no sólo en el campo emocional sino existencial. En esta esfera aparece la conciencia de nuestros ANCESTROS en donde todo nuestro árbol vive dentro de nosotros y se alimenta de nuestra vivencia. Ese es el camino para nuestro “Parto” (Esfera Lunar III).
Esfera III de la Luna1.
En la Entrega 7 te hable de 3 verdades (individual, colectiva y universal) y tres realidades de las que la sociedad de consumo no nos ha podido desconectar:
Una de ellas es la Concepción… concepto que finalice con la siguiente interrogante:
“¿Si el ser humano no se origina al momento de nacer, porque no se elige más bien como punto de partida de la horoscopía el momento de la fecundación?”
Me remonto al año 1981 cuando concebí a mi hijo, ya había sufrido una perdida y mi esposo no quería que pasara por el mismo dolor, insistía en viajar para así sustituir mi deseo de ser madre por lo que él consideraba era uno de los mayores deseos del ser humano. Estando en New York una noche que nunca olvidare yo le dije que había concebido a nuestro hijo. El sonrió mirándome como si fuera una niña hablando de “Santa”, sonrisa que desapareció de sus labios cuando semanas después me acompañó a realizar la prueba de embarazo, vale decir a su favor que los chances de que yo estuviera embarazada eran prácticamente nulos porque mi menstruación no había desaparecido y yo insistía en que estaba embarazada.
El resultado fue “POSITIVO”.
Años después cuando conocí a Alexander Marr, una de mis mayores interrogantes era saber a través del “Epoch” la fecha de concepción de mi hijo que para ese entonces era casi un adolescente, mi sorpresa fue muy grande cuando al cabo de dos días de cálculos matemáticos la fecha de concepción resulto ser la misma que tenia anotada en mi viejo diario que fungía de “Agenda” en donde siempre documente los eventos, circunstancias y personas en mi vida. Mi sorpresa se transformó en ASOMBRO cuando al leer en mi viejo diario, escrito con mi puño y letra estaba la misma hora que Alexander Marr me había dado. Corrí a buscarle para mostrarle mi diario y por vez primera el se olvido de su postura y rigidez para entregarse a la euforia de un momento irrepetible.
Mi hijo sabia cuanto deseaba yo ser madre y el salto cuántico que dio en mi vientre en el instante de su concepción aun lo siento en el recuerdo vivo de aquel mágico momento.
¿A qué se parece?
Al salto de un delfín mientras marca su territorio.
A partir de esa experiencia supe que los libros son sólo un “Portal” que el verdadero saber yace en nuestras vivencias, es por eso que siempre insisto en la “PRESENCIA”… sin ella se nos escapa día a día la magia de la vida.
Te invito a hacer el siguiente ejercicio:
- Respira profunda y rítmicamente hasta que logres un suspiro.
- Con los ojos cerrados coloca tu mano izquierda sobre tu zona umbilical, inmediatamente colocas la derecha como si abrazaras el punto de origen de tu primera respiración.
- Sonríe, respira rítmicamente y visualiza con los ojos cerrados el lugar en donde te encuentras.
- Ahora vas a ir hacia atrás en el tiempo a tu ritmo 1 año, 5 años, 10 años hasta llegar a tu adolescencia, deja que los recuerdos fluyan libremente… luego tu niñez… luego poco a poco logra visualizar el momento de tu nacimiento, cuando cortan el cordón umbilical que te unía a tu madre… a través de él permite que la energía sane cualquier herida, ese cordón de plata tendrá existencia mientras cualquiera de los dos exista. No permitas que tu sonrisa desaparezca, respira y agradece ese mágico momento en el que llegaste a este mundo. Mentalmente abraza a tu madre y permite que ella te abrace.
- Ahora vas a continuar retrocediendo lentamente hasta visualizar el momento en el que fuiste concebido (a). sigue respirando acompasadamente con un sentimiento de gratitud por el reto que acabas de alcanzar.
- Lentamente muy lentamente regresa al espacio-tiempo que ocupas en tu vida, respira profundamente, abrázate mientras dejas caer tu cabeza sobre tu pecho y deja fluir tus emociones.
Próxima entrega: Lunes 25 de octubre, en donde daré fragmentos de la esfera de Mercurio y Venus en el tercer camino.
- Yo soy hija de la Luna porque pertenezco al signo de Cáncer y por si fuera poco tengo la Luna en Cáncer. ↩
Repetir
‘Camino andes que por el se abren grandes avenidas’…