La Esfera de la Tierra1 en el “Tercer camino”.
Esfera de la retroalimentación… Raíces.
En la Esfera I de la Tierra (encarnación), aprendí que soy un fruto de la tierra y me maravillé de serlo y más aún de comprenderlo. Aquí mi mentor fue Gustav Theodor Fechner.
En la Esfera II de la Tierra la reconocí y acepte como madre.
En la Esfera III de la Tierra interactué con sus raíces.
En el primer camino encarnamos en ella. En el segundo camino la habitamos, la poseemos. En el tercer camino nos fundimos con ella.
Hace muchos años en un pequeño pueblo de España escuche por vez primera una Antigua bendición irlandesa… al escucharla un escalofrío recorrió mi cuerpo como si estuviera recordando algo muy valioso, las lágrimas inundaron mis ojos en una sensación recuperada de una fuente desconocida.
“Que la tierra se vaya haciendo camino ante tus pasos, que el viento sople siempre a tus espaldas, que el sol brille cálido sobre tu cara, que la lluvia caiga suavemente sobre tus campos y, hasta tanto volvamos a encontrarnos, que Dios te lleve en la palma de su mano.”
Esta bendición contiene los 4 elementos que más adelante estudiaría (Fuego, Tierra, Aire y Agua). Por eso Aristóteles en su inmensa sabiduría decía y repetía “Saber es recordar”.
La Tierra, en su interior alberga mucha sabiduría, por ejemplo en los Cristales, en las Plantas, Árboles, Animales, Aguas. Si nos fundirnos con ella, para sentirnos iguales, seremos Geanautas (navegantes terrestres) en sincronicidad con todo lo que nos rodea.
El Viento, con su suave murmullo junto a nuestros oídos, nos cuenta muchas historias del universo, del cosmos, de la divinidad, de los seres estelares. Tan sólo tenemos que tener el punto de recepción sintonizado. El Viento, en el tono de la divulgación, nos convierte en grandes comunicadores, y tenemos que aprovechar esta cualidad para hablar del espíritu, de la vida superior.
Mi encuentro con la Tierra en el tercer camino.
Corría el año 1999 en vísperas del tan esperado “Nuevo Milenio”… junto a mis alumnos prepare un RITUAL en el que los 4 elementos eran el marco de bienvenida a tan promocionado evento, por supuesto todos sabíamos que la fecha era errónea mas sin embargo el nivel de “Masa critica” alcanzaba niveles impredecibles que no queríamos dejar escapar para conectar con los 4 puntos cardinales de nuestro querido planeta.
En ese momento yo vivía en Miami y estaba contemplando la idea de mudarme a Puerto Rico en donde la vida me ofrecía una oportunidad dorada para desarrollar mi proyecto “Quirón”, proyecto de sanación. Ante la insistencia de mis futuras socias decidí adelantar mi viaje para realizar el “Ritual del Milenio” en Puerto Rico, mis alumnos de más de una década me despidieron con lágrimas en los ojos y con el compromiso de unirse a mí en la fusión de los 4 elementos.
Mi llegada a Puerto Rico fue enmarcada por una cálida bienvenida y una clara invitación a celebrar una suntuosa fiesta del nuevo milenio en la que mi ritual podía diluirse frente al gran número de invitados, todo intento que hacía para separarme de la “masa” era castrado por la demanda social a la que me vi expuesta. Mi alma lloraba mientras las 12 campanadas anunciaban la llegada del Nuevo Milenio y en medio de la algarabía jure regresar a mis raíces y a mi esencia.
Al día siguiente mis amigas (casi socias) me invitaron a hacer el ritual planeado para la noche anterior, las invite al jardín, nos pusimos descalzas y con las manos enlazadas entonamos un “mantra”… Una de ellas cuya esencia es chamanica aunque su realidad es otra, dejo emerger su sabiduría y condujo un ejercicio de conexión con la Tierra que consistía en abrir compuertas energéticas en las plantas de nuestros pies, dejando salir hilos conductores que se entrelazaban con las raíces de todas las plantas que nos rodeaban. Yo sentí un fuerte jalón que me clavaba a la tierra como si realmente yo fuera un árbol más, al punto que después me costó mucho poder mover mis pies del punto en el que por vez primera me sentí TIERRA… irónicamente en mi carta natal tengo carencia de ese elemento, tal vez por eso fue tan significativo para mí.
Esa noche desperté súbitamente sintiendo que mis pies estaban siendo succionados y al abrir los ojos vi la habitación llena de raíces de distintos tamaños y mis piernas como parte de ellas, grite y grite hasta que mi amiga llego hasta mi para calmarme, ella caminaba sobre las raíces sin verlas hasta que yo lentamente me levante mientras las raíces desaparecían frente a mi atónita mirada.
Ese día concebí a GEALIFE “Tierra Viva”, ese día compre mi pasaje de regreso a Miami para continuar con mi obra, en donde me esperaban 4 regalos (1 por cada elemento): El Índex, Las Trece Esferas del Yo, El Mama y la libertad.
Regresan a mi mente las sabias palabras de Fechner:
La Tierra es un inmenso ser viviente, integrado no solo por el “órgano” de la humanidad total, sino también por los órganos de la animalidad, de la vegetalidad, de la mineralidad, de las aguas y de los aires, de los fuegos2… de todo lo que vemos “allá afuera” como mundo exterior perteneciente a la naturaleza; y todas estas partes integrantes viven orgánicamente en el cuerpo terráqueo, participan de su vida. Dentro del concierto de esta vida, el ser humano individual, con todo lo que piensa y siente, no es más que un pensamiento fugaz que germina en una relación de dependencia inconcebiblemente superior, de modo que toda ciencia y todo arte humano no son más que una letra de una palabra superior que solo puede pensar la tierra.
La tierra, según Fechner no es, a su vez, más que una célula integrante de un organismo aun superior; juntamente con otras células semejantes a ella… y es así que todos somos miembros de un organismo superior, que está dentro de nosotros en la misma medida en que nosotros estamos dentro de él3. Y solo es posible adquirir un saber de “dentro hacia fuera”… en cuanto se rompen las vallas que nos mantienen confinados, el yo se convierte en fuente originaria de todo conocimiento científico. Es por eso que sobre la entrada del templo de Apolo en Delfos se leen inscritas las siguientes palabras “Conócete a ti mismo”, y en el interior de dicho templo, se leía a continuación de aquellas palabras “Y conocerás a Dios”. Leer más…
Son muy pocos los Astrólogos que toman la Tierra como referencia en su lectura astrológica y es en ella en donde se encuentra la clave de todo destino, por eso es tan importante el lugar geográfico en donde nacemos, en donde vivimos y decidir el lugar en donde reposaran nuestras cenizas.
La práctica de la Astro-cartografía es esencial (Esfera IV).
Próxima entrega: Lunes 10 de Enero, en donde daré fragmentos del Cuarto Camino.