Cada día hay en el Universo una estela dejada por la acción de otros seres humanos que al igual que nosotros buscaban la excelencia. Esta semana esa estela o “semilla del día” fue sembrada por…
Michael Faraday
Faraday nace bajo la energía del equinoccio.
A pesar de la escasa educación formal recibida, Faraday es uno de los científicos más influyentes de la historia. Fue debido a su estudio del campo magnético alrededor de un conductor por el que circula corriente continua que Faraday estableció las bases para el desarrollo del concepto de campo electromagnético. Faraday también estableció que el magnetismo podía afectar los rayos de luz y que había una relación subyacente entre ambos fenómenos. Descubrió, también, el principio de inducción electromagnética, diamagnetismo, las leyes de la electrólisis e inventó algo que él llamó dispositivos de rotación electromagnética, que fueron los precursores del actual motor eléctrico.
En el campo de la química, Faraday descubrió el benceno, investigó el clatrato de cloro, inventó un antecesor del mechero de Bunsen y el sistema de números de oxidación, e introdujo términos como ánodo, cátodo,electrodo y ión. Finalmente, fue el primero en recibir el título de Fullerian Professor of Chemistry en la Royal Institution de Gran Bretaña, que ostentaría hasta su muerte.
Faraday fue un excelente experimentador, quien transmitió sus ideas en un lenguaje claro y simple. Sus habilidades matemáticas, sin embargo, no abarcaban más allá de la trigonometría y el álgebra básica. James Clerk Maxwell tomó el trabajo de Faraday y otros y lo resumió en un grupo de ecuaciones que representan las actuales teorías del fenómeno electromagnético. El uso de líneas de fuerza por parte de Faraday llevó a Maxwell a escribir que «ellas demuestran que Faraday ha sido en realidad un gran matemático. Uno del cual los matemáticos del futuro derivarán valiosos y prolíficos métodos». La unidad de la capacidad eléctrica en el SI de unidades, el farad (F), se denomina así en su honor.
Faraday se caracterizó por ser un excelente escritor, capaz de transmitir sus descubrimientos de forma llana y comprensible, prescindiendo de las ecuaciones matemáticas, como si dejara fluir su pensamiento sobre el papel. También acabó convirtiéndose en uno de los mayores divulgadores de ciencia de la época, sobre todo en el ámbito de las conferencias públicas. Faraday no fue sólo autor de miles de páginas acerca de sus experimentos que cualquier neófito podía leer, pues carecían de ecuaciones matemáticas y huía del lenguaje abstruso, sino que también se caracterizó por pronunciar innumerables conferencias públicas a fin de acercar a la gente las bondades de la ciencia, particularmente a los niños.
En 1826, por ejemplo, Faraday fundó las Charlas Vespertinas de los Viernes, y en 1827, las Conferencias Juveniles de Navidad. Ambas resultaron tan exitosas que atrajeron nuevos miembros a la Royal Institution, así como nuevas suscripciones que contribuyeron a rescatar la delicada situación financiera en la que se encontraba en aquel entonces la institución. Tales conferencias, además, proyectaron la fama creciente de Faraday más allá del ámbito estrictamente científico, empezando ya a ser conocido por el público aficionado a la ciencia. No en vano, la prensa generalista como The Times informaban a menudo de las Charlas Vespertinas de los Viernes. Pero las más populares fueron las Conferencias Juveniles de Navidad (Christmas Lectures), que estuvieron celebrándose hasta los primeros años de la década de los sesenta, y ya entonces atraían a unos ochocientos oyentes.
Fallecido, continuaron organizándose, y actualmente las siguen millones de personas a través de la televisión: se emiten a través de la BBC desde 1966. La serie de conferencias más famosa de las Christmas Lectures es, sin duda, “La historia química de una vela”, pronunciada en diciembre de 1860 —constituye la última de las diecisiete Conferencias de Navidad pronunciadas desde 1827—, que fue finalmente publicada y traducida a numerosos idiomas.
La razón de su éxito como conferenciante quizá estribara en que Faraday no se limitaba a exponer fríamente sus conocimientos científicos sino que se esforzaba en planear la presentación de modo que todo el mundo pudiera entender lo que allí se exponía. Faraday tenía la firme convicción de que la ciencia debía salir a la calle y no quedarse confinada en laboratorios y rancias instituciones, y por ello se afanaba en que todo el envoltorio de sus explicaciones tuviera el mejor aspecto posible, al estilo de un programa de televisión actual. Faraday también sostenía que un conferenciante debía escribir su propia conferencia, pero nunca leerla a fin de evitar un estilo monótono y mecánico. También creía que una hora era más que suficiente para exponer todas las ideas en una conferencia, y detestaba a los científicos que, demasiado pagados de sí mismos, se perdían en largas peroratas que no servían más que para alardear de sus grandes conocimientos.
Son consejos que siguen vigentes, y que son buenos para todos. Para los científicos, a fin de que mantengan encendido el faro. Para los ciudadanos, a fin de saber que tal faro es una brújula para no perderse en la tenebrosa oscuridad.
Faraday fue un físico y químico inglés (o filósofo natural, en la terminología de la época), que estudió de forma determinante el electromagnetismo y la electroquímica. Sus principales descubrimientos incluyen la inducción electromagnética, diamagnetismo y la electrólisis.
Trabajando con la electricidad estática, demostró que la carga eléctrica se acumula en la superficie exterior del conductor eléctrico cargado, con independencia de lo que pudiera haber en su interior. Este efecto se emplea en el dispositivo denominado jaula de Faraday.
En reconocimiento a sus importantes contribuciones, la unidad de capacidad eléctrica se denomina faradio.
Albert Einstein mantenía colgado en la pared de su estudio un retrato de Faraday junto a los de Isaac Newton y James Clerk Maxwell.
El físico neozelandés Ernest Rutherford declaró: «Cuando consideramos la extensión y la magnitud de sus descubrimientos y su influencia en el progreso de la ciencia y de la industria, no existen honores que puedan retribuir la memoria de Faraday, uno de los mayores descubridores científicos de todos los tiempos».
Los seis Principios de Faraday
En una obra titulada La mejora del espíritu, Michael Faraday escribió los seis principios de su disciplina científica:
- Llevar siempre consigo un pequeño bloc con el fin de tomar notas en cualquier momento;
- Abundante correspondencia;
- Tener colaboradores con el fin de intercambiar ideas;
- Evitar las controversias;
- Verificar todo lo que le decían.
- No generalizar.
“Energía viva, que puedes plantar en tu vida”
Michael Faraday: De la electricidad a la generación de energía eléctrica (1a parte)
Michael Faraday: De la electricidad a la generación de energía eléctrica (2a parte)
Te invito a que leas la historia de nuestras Semillas tomando conciencia sobre lo que podrías hacer para trascender en el tiempo 1
Semilla: Personaje que se convierte en efemérides por su legado.2
Nota: El criterio que utilizo para seleccionar la semilla es basado en las energías activas en el Universo, para así agrandar el radio de acción que podemos alcanzar.
- Todo el mundo sin excepción tiene un alma. Esta esencia de luz es el común denominador que une la creación, el cosmos y la vida. Deberíamos darnos cuenta que en el fondo somos Luz en movimiento. Pero no somos conscientes de esa Luz, de nuestro origen y nos enredamos en los laberintos de la personalidad. La búsqueda espiritual es la búsqueda de nuestra conciencia, de nuestra divinidad interior. Como dice Rodolfo Llinas:
“La Información es una energía preexistente y fundamental a partir de la cual y con su complejificación se forma la conciencia en sus diferentes grados; la conciencia de orden superior sólo puede desarrollarse sobre la base de la conciencia primaria. Para que la conciencia se dé, es indispensable que la materia posea la Información capaz de entrar en sincronía con la de su medio ambiente.”
El autor es neurocientífico, director del departamento de fisiología y neurociencia de la escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York durante los últimos 26 años, Miembro de la Academia Francesa de la Ciencia, de la Academia de la Ciencia de los Estados Unidos y de la Real Academia Española de Medicina. Recuerda que la emocionalidad tendrá el protagonismo que tú le des.
La gente, embotados sus sentidos, se pierde lo mejor de la vida. O como decía José Ortega y Gasset: “Algunas personas enfocan su vida de modo que viven con entremeses y guarniciones. El plato principal nunca lo conocen”. Sólo cierto ayuno permite despertar de este engaño colectivo, la locura del tener frente a la alegría del ser, que nos hace personas. ↩
- En términos de física cuántica cuando emulamos una acción, ésta se convierte poco a poco en realidad. Entonces, si todos lográramos conectar directamente con las acciones de nuestros ídolos de la historia seguramente cada día seremos mejores personas dando forma a las efemérides del futuro. ↩