“¿No oyes Ladrar a los Perros?”
Frase de Juan Rulfo en su connotada obra literaria El Llano en Llamas.
Cada día hay en el Universo una estela dejada por la acción de otros seres humanos que al igual que nosotros buscaban la excelencia. Hoy esa estela o “semilla del día” fue sembrada por…
Juan Rulfo, escritor mexicano. La influencia de Rulfo en la narrativa y en general, en la literatura latinoamericana, aparece ya en las obras de muchos de los escritores latinoamericanos que protagonizaron el «boom» literario durante la segunda mitad del siglo veinte.
Es el autor de la novela Pedro Páramo, considerada unánimemente por la crítica una de las obras maestras de la literatura latinoamericana y de una colección de cuentos El llano en llamas. Sus únicas obras publicadas en vida son El llano en llamas (1953), Pedro Páramo (1955, Premio Xavier Villaurrutia) y El gallo de oro (1980). Todas ellas han sido traducidas a varios idiomas. Pocas veces dos obras tan sucintas (Juan Rulfo comentó en varias ocasiones que fueron un ejercicio de reducción literaria al mínimo indispensable) han influido con tanta fuerza a una generación tan talentosa de escritores. Muchos de sus textos han sido base de producciones cinematográficas.
Algunos críticos advierten de inmediato que se trata de una obra maestra, aunque no faltaron lectores habituados a los esquemas novelísticos del siglo XIX que se desorientan frente a su innovadora estructura, reaccionando con desconcierto. Pero los estudios más recientes al respecto, como La recepción inicial de Pedro Páramo, de Jorge Zepeda, han puesto en claro, que desde el principio, el reconocimiento a esta obra, dentro y fuera de México, ha sido ininterrumpido y creciente. Los estudios dedicados a Pedro Páramo son muy numerosos y se incrementan cada año.
Sobre Pedro Páramo se han expresado alabanzas autores como Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez y Susan Sontag.
García Márquez escribió, al recordar su primera lectura de la novela:
… Álvaro Mutis subió a grandes zancadas los siete pisos de mi casa con un paquete de libros, separó del montón el más pequeño y corto, y me dijo muerto de risa: ¡Lea esa vaina, carajo, para que aprenda! Era Pedro Páramo. Aquella noche no pude dormir mientras no terminé la segunda lectura. Nunca, desde la noche tremenda en que leí la Metamorfosis de Kafka en una lúgubre pensión de estudiantes de Bogotá — casi diez años atrás— había sufrido una conmoción semejante.
Borges dejó escrito:
Pedro Páramo es una de las mejores novelas de las literaturas de lengua hispánica, y aun de la literatura.
Y Susan Sontag también:
La novela de Rulfo no es sólo una de las obras maestras de la literatura mundial del siglo XX, sino uno de los libros más influyentes de este mismo siglo.