Cada día hay en el Universo una estela dejada por la acción de otros seres humanos que al igual que nosotros buscaban la excelencia. Hoy esa estela o “semilla del día” fue sembrada por…
Harry Houdini.
Ilusionista y escapista húngaro de origen judío, nacionalizado estadounidense.
Erich consiguió un libro llamado The Memoirs of Robert-Houdin, Ambassador, Author, and Conjuror, Written by Himself; el libro narraba las memorias del mago Jean Eugène Robert-Houdin, a quien el joven de inmediato convirtió en su ídolo. Erich Weiss decidió utilizar desde entonces el apellido del mago, añadiéndole una i al final para indicar parecido a Houdin. Aunque era profesional en todas las ramas de la magia, era conocido por sus escapismos imposibles, gracias a una gran resistencia física que adquirió con una fuerte preparación que consistía en trotar y en una fuerte rutina de natación; esta rutina física la inició desde muy temprana edad uniéndose a un club de atletismo, y continuó con ella hasta el final de sus días.
Adquirió asimismo una gran erudición en historia de la magia y llegó a acumular una formidable biblioteca especializada en la materia, que posteriormente legó a la Biblioteca del Congreso de Washington. Al morir su madre, quedó tan afectado por quienes explotaban la credulidad de la gente diciendo poder contactar con difuntos del otro mundo que consagró su vida a desenmascarar a los médiums, reproduciendo y denunciando sus trucos y publicando artículos en revistas sobre sus trucos y la psicología del engaño.
Se suele considerar a Houdini el mejor escapista de todos los tiempos y también precursor de muchas de las hazañas y retos de este tipo. Escapó de cuerdas, cadenas, camisas de fuerza, todo tipo de esposas, barriles, cajas, baúles, bidones, bolsas, sacos, ataúdes, jaulas y habitaciones cerradas. También se dice que escapó de «un monstruo marino», probablemente un calamar gigante o ballena, de cuyas tripas consiguió salir airoso. El público que le veía deseaba a la vez que triunfara y que fallara; la sensación de peligro inminente era poderosa en cada uno de sus números.
Concebía la magia como un espectáculo en sí misma.
En sus biografías se cuenta que cada día se sumergía en una bañera de agua llena de bloques de hielo. Con la práctica llegó a ser capaz de permanecer hasta tres minutos sin respirar. Eso le permitiría enfrentarse a muchos de los retos mejor preparado que cualquier persona e incluso que algunos atletas. En general no se considera que esas hazañas sean «trucos» como tales, sino simplemente el resultado de una fuerza física, habilidad y técnica en cierto modo «sobrehumanas».
Con el tiempo montó un espectáculo propio en Broadway, que promocionaba con números como la desaparición en el escenario de un elefante. También empezó a dedicar su tiempo a otras aficiones: quiso ser recordado como uno de los pioneros de la aviación (que estaba naciendo en aquella época) y en 1910 fue la primera persona en sobrevolar Australia
Antes de morir, preparó una prueba definitiva contra su tan aborrecido espiritismo. Creó un código que comunicaría a su mujer si le era posible en el plazo de diez años tras su muerte. Se dice que ningún médium consiguió comunicarle el código correcto.
En 1953 se realizó un film llamado El gran Houdini, protagonizado por Tony Curtis y Janet Leigh, y dirigido por George Marshall.
El 8 de octubre da 1976 se estrena El gran Harry Houdini protagonizada por Paul Michael Glaser en el papel de Houdini y Sally Struthers en el papel de Bess. Película solo para la tv estadounidense.
En 1987 Disney estrenaba El joven Harry Houdini, con Wil Wheaton. El film narraba una versión acerca de lo que fue el año en que él huyó de casa cuando tenía doce años, y vinculaba su aprendizaje al contacto con un jefe indio que le enseña técnicas místicas para teletransportarse.
En 1999 Houdini fue interpretado por Norman Mailer en la película Cremaster 2 del Ciclo Cremaster del artista y cineasta Matthew Barney. En esta, el mago realizaba una actuación en1893 en la Exposición Universal de Chicago.1
En la película Kamchatka (2001), el hijo de Papá David Vicente (Ricardo Darín) se llama Harry en recuerdo del ilusionista.
En 2007 se estrenó la película El último gran mago, dirigida por Gillian Armstrong, que narra la llegada de Houdini a Edimburgo, donde ofrece una gran recompensa a la persona capaz de contactar con su madre recién fallecida. En esta película se toca el tema de la incredulidad de Houdini por el espiritismo. La historia la cuenta una niña, Saoirse Ronan. El actor Guy Pearce encarna al mago, junto con Catherine Zeta-Jones y Timothy Spall completando el reparto principal. Pero en este film no se reflejan los acontecimientos reales de su vida, simplemente se basa en ésta.
En 2013, se publica la novela El gran truco de Houdini que refleja la amistad de Harry Houdini con el escritor Arthur Conan Doyle. El libro es la quinta entrega de la colección de literatura infantil Las aventuras de Alfred y Agatha, creada por la escritora madrileña Ana Campoy.
“Energía viva que puedes plantar en tu vida”.