Una historia que acabó con la República de Roma

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julio cesar

julio cesar

«Nada es tan difícil que no pueda conseguir la fortaleza». Julio César

Cada día hay en el Universo una estela dejada por la acción de otros seres humanos que al igual que nosotros buscaban la excelencia. Hoy esa  estela o  “semilla del día” fue sembrada por…

Julio César, fue un líder militar y político Romano de la era tardorrepublicana.

Perteneció a una gens patricia -la Julia- que, según la leyenda, se remontaba hasta Iulo, hijo del príncipe troyano Eneas y nieto de la diosa Venus. Fue el propio César quién estableció la relación entre su familia e Iulo durante el discurso que pronunció en el funeral de su tía Julia, esposa de Cayo Mario 4. Con los años, en el apogeo de su poder, César iniciaría en Roma la construcción de un templo dedicado a su supuesta antepasada, Venus Genetrix.

El patronímico César parece que puede provenir de la palabra latina «caesaries», cuyo significado es «cabellera o barba». Contrariamente a lo sostenido por algunos autores, la palabra cesárea no tiene nada que ver con César, ni éste nació por medio de esa cirugía.

Al margen de su carrera política y militar, César se destacó como orador y escritor. Redactó, al menos, un tratado acerca de astronomía, otro acerca de la religión republicana romana, y un estudio sobre el latín, ninguno de los cuales ha sobrevivido hasta nuestros días. Las únicas obras que se conservan son sus Comentarios de la Guerra de las Galias y sus Comentarios de la Guerra Civil. Se conoce el desarrollo de su carrera como militar y gran parte de su vida a través de sus propias obras y de los escritos de autores como Suetonio, Plutarco, Veleyo Patérculo o Eutropio.

Julio César fue asesinado en los idus de marzo del año 44 a. C. Según el escritor griego Plutarco, César había sido advertido del peligro, pero había desestimado la advertencia:

Lo que es más extraordinario aun es que un invidente le había advertido del grave peligro que le amenazaba en los idus de marzo, y ese día cuando iba al Senado llamó al invidente y riendo le dijo: «Los idus de marzo ya han llegado»; a lo que el invidente contestó compasivamente: «Sí, pero no han entrado».

Aunque el calendario romano fue sustituido por los días de la semana modernos alrededor del siglo III, los idus se siguieron usando coloquialmente como referencia durante los siguientes siglos. Shakespeare en su obra Julio César en 1599 los citaba al escribir la famosa frase: «¡Cuídate de los idus de marzo!».

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