Dos estrellas viejas e hinchadas, conocidas como gigantes rojas, están en buena vista esta noche. Aldebarán, el «ojo» del toro, está alta en el sureste al caer la noche. Pólux, uno de los gemelos de Géminis, está en el este, arriba del planeta Marte. Como Marte, ambas estrellas se ven anaranjadas.
Las estrellas conocidas como Gigantes Rojas no son estables, en realidad. Sólo lo parecen porque en comparación con nosotros viven mucho. Desde que nacen del gas cósmico hasta que mueren, sus núcleos se van contrayendo constantemente. Para impedir el colapso total, la estrella debe hallar siempre nuevas fuentes de energía que le alarguen la vida. Las fuentes químicas pueden mantener la vida de una estrella sólo unos veinte millones de años… mucho, comparado con una vida humana, pero poco en términos cosmológicos.
La combustión nuclear del hidrógeno puede mantener una estrella de masa similar a la del Sol millones de años, y la combustión de otros elementos como el helio puede alargar el período. Las estrellas parecen estables durante su época de combustión nuclear, pero, en realidad, siguen contrayéndose, aunque muy despacio. A final, mueren por la presión implacable de la gravedad y porque toda fuente de energía es finita.
Fuente: Observatorio McDonald.
¿Cuántas veces usted se detiene a observar lo que el cielo cada noche coloca en cartelera?… Recuerde el axioma que dice “Como es arriba…es abajo”… El cielo y las estrellas no son un adorno… son una realidad.
Observar nos conecta en un 30% con la energía del Universo.
Imitar lo observado nos conecta en un 70% con la energía del Universo…
Emular lo observado nos convierte en la energía.