Hoy bajo el marco de una lluvia de estrellas vamos a comprender aún más la historia que nunca me cansaré de repetir.
El Ladrón…
…Un cierto Kuo de Ts’i era muy rico, y un tal Hiang de Sung muy pobre. Éste dejó su país y marchó a Ts’i para aprender el secreto de la fortuna de Kuo.
-Yo- le dice Kuo- soy un solemnísimo ladrón: Cuando comencé a robar, al cabo de 12 lunas tuve lo necesario, al cabo de 24 lunas (meses lunares), la comodidad, y después de 36 lunas fui rico.
Hiang, sin haber comprendido el sentido de las palabras dichas por Kuo, creyendo tener en las manos el arte de la riqueza, comenzó a escalar muros y robar todo cuanto caía bajo sus ojos. Mas fue apresado y castigado, perdiendo lo poco que antes tenía. Creyendo haber sido engañado, fue nuevamente a ver a Kuo, y ásperamente se lamentó ante él.
Pero Kuo le dice:
-Tú no has comprendido lo que significa hacer al ladrón. Yo he sabido robar al cielo y a la tierra, a las nubes y a la lluvia, a los montes y a las llanuras, apropiándome cuanto ellos hacer nacer y desarrollar: hierbas y animales, yo he robado, pues, lo que es de todos, las joyas y el dinero no son cosas del cielo, sino propiedad de los hombres… ¿Por qué te lamentas?
El cielo y la tierra están siempre intercambiando sus riquezas…
Hay pocas experiencias en el mundo como estar anclad@ a una bahía en un barco a media noche con un cielo despejado.
La magia del mar y su danza con las estrellas es imposible de describir, a pesar de que muchos poetas lo han intentado, es un momento de contacto con la naturaleza inigualable en el cual las células parecen recordar su origen primordial de los océanos prehistóricos.
Hoy está presente esa magia que te puede ayudar a conectar con momentos de genialidad e inspiración de gran profundidad emocional, vibrando con las esferas más altas de existencia.
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