En los principios de la humanidad, cuando el hombre comenzaba a reflexionar sobre su existencia noto como el principio y el fin de las cosas provenía de la Tierra a donde todo lo muerto terminaba y de donde todo lo vivo brotaba.
De ahí el culto sagrado a la tierra como una diosa, pues ella “paría” todo y se «alimentaba» de todo, de ella provenía el ciclo. En ella comienzas, creces y terminas en un ciclo sin fin. De esta concepción viene la creencia ancestral que los planetas “dioses” se alimentan de hombre y pueden comerse a sus hijos.
En los rituales se observa que se representa a la tierra con polvo y con ceniza. El polvo se asocia con la ceniza, pero en muchas culturas la ceniza es superior, pues es lo que queda después de purificar algo con el fuego.
Los primeros agricultores notaron, con la experiencia y la práctica, que al quemar restos y esparcirlos sobre los campos la tierra se vuelve más fértil (no entendían que esto maltrata irreversiblemente el suelo), por ello la ceniza se asociaba fuertemente a la resurrección. En la mitología griega el Ave Fénix renace de sus propias cenizas.
Existe una antigua historia en el Japón que asocia las cenizas con la muerte de una bella y gentil pastora que cuidaba a los completamente blancos oso panda, la pastora fue muerta por la maldad del hombre, y como símbolo de tristeza y luto, los panda se cubrieron de ceniza. Es por ello que son blancos y negros.
En los rituales de la “Hechicería” se utiliza la ceniza como símbolo de “lo que queda de algo que fue”. En las creencias de energía universal y en las ciencias astronómicas nacimos del polvo de las estrellas y estamos hechos del mismo material, somos residuos de soles y mundos desechos por supernovas. En algunos lugares se consumen las cenizas de animales en licores y alimentos como pócima para la potencia sexual y la larga vida.
Los musulmanes pegan en su oración la frente al suelo entre otras cosas para recordar de donde vienen y adonde van. Los hindúes utilizan aceite y ceniza en los rituales tántricos. Existen Indígenas de Suramérica llamados los hombres de las cenizas por sus costumbres, y culturas europeas que utilizan cenizas como rapé.
Desde hace mucho tiempo Las cenizas ya eran parte de la vida, la muerte, y el renacimiento. Parte de ciclo de la vida. El Agnihotra por ejemplo es un antiguo rito de purificación que utiliza el fuego y las cenizas para sincronizar el biorritmo, la energía del día y la naturaleza.
El catolicismo hizo de esta creencia un dogma de fe al colocar en la biblia que «Dios formó al hombre del polvo de la tierra» Génesis. Más adelante tomo y adapto el significado en un ritual con un contenido muy profundo, mas «polvo eres y en polvo te convertirás» (Gén 3, 19).
Para Carl Sagan el gran cronista de la ciencia moderna, muy poéticamente «somos polvo de estrellas que piensa sobre las estrellas».
Entonces fuimos, somos y seremos cenizas, es por ello que te invitamos a vivir los ritos de la ceniza.