

El elemento aire aparte de que es vital es el encargado del pensamiento y la palabra; nos inspira y aconseja y agudiza nuestra mente. Los grandes descubrimientos, los inventos y las creaciones musicales fueron inspirados por el elemento aire.
El aire es el elemento de las ideas, la elocuencia, el movimiento dirigido hacia metas claras, la comunicación verbal y escrita.
Aliméntate de los tres alimentos vitales y consiente tu cerebro:
Sólido: ¿En qué constituye una dieta sana para el cerebro? Estudios de nutrición indican que tu cerebro adora la dieta mediterránea y los alimentos antioxidantes como arándanos, frambuesas, espinacas y col o repollo verde.


Sin embargo estudios aseguran que el Ginseng es un gran estimulante del Sistema nervioso central y que aumenta la actividad psíquica, la capacidad de concentración y disminuye la sensación de fatiga. Sobre todas destaca la de estimulante vasomotor y del sistema nervioso.
Incluye la raíz de ginseng en tus recetas en pequeñas cantidades y aliméntate del elemento aire.
Líquido: Toma jugos de frambuesa, manzana y arándanos, estas frutas son ricas en Vitamina A, que contiene un gran poder antioxidante, previniendo el envejecimiento celular y la aparición de cáncer, ya que al ser un antioxidante natural elimina los radicales libres y protege al ADN de su acción mutagénica y sobre todo oxigena el cerebro.
Aire: A continuación un ejercicio del Yoga, pranayama que nos ayudará a oxigenar nuestro cuerpo y mente.
Es una respiración calmante que equilibra el sistema nervioso, serena la mente, oxigena el cerebro y calma las emociones. El sonido que emite podría compararse al del océano que ejerce una influencia calmante. Si lo deseas, mientras practicas esta respiración, que expulsa el aire viciado de los pulmones y purifica el sistema respiratorio, puedes visualizar un océano relajante y purificador.
Siéntate con la columna cómodamente extendida o tiéndete en la postura del cadáver.
Exhala el aire por completo.
Inhala lentamente por la nariz hasta llenar el abdomen y los pulmones de aire.
Contrae un poco la parte posterior de la garganta y mientras exhalas e inhalas lentamente por la nariz, emite un tenue sonido silbante. El sonido no ha de ser fuerte.
Mientras inhala y exhalas, sigue respirando lentamente, concentrándote en el sonido que emites.
Repite el ejercicio de 3 a 5 veces.
Fuentes consultadas: yogarespiracion.blogspot.com; braincenteramerica.com; zonadiet.com; Wikipedia.org

















