Mire hacia el este del brillante Orión esta noche para buscar a la oscura constelación de Monoceros, el Unicornio. La Vía Láctea atraviesa a Monoceros, el cual es el hogar de la Nebulosa del Cono, un pilar de gas y polvo que se encuentra enfrente de un resplandor rojo.
Orión
La más hermosa de todas las constelaciones se ve muy bien las tardes de invierno. Orión, el cazador, está en el sureste al anochecer y más tarde rueda por lo alto del sur.
El rasgo más característico de Orión es su cinturón –una línea de tres estrellas bastante brillantes en el medio de la constelación. Las tres estrellas no están relacionadas, pero se alinean en la misma dirección en el cielo. Sí son, sin embargo, tipos similares de estrellas: mucho más grandes, calientes y pesadas que el Sol.
Lo mismo pasa con las dos estrellas más brillantes de Orión: la anaranjada Betelgeuse, hacia la parte superior izquierda del cinturón, y la blanco-azulada Rigel, hacia la parte inferior derecha. Las dos son supergigantes, lo que significa que son de las estrellas más grandes y potentes de la galaxia. Además, las dos acabarán sus vidas de manera espectacular: explotarán en pedazos como supernovas.
Mientras estas estrellas se acercan al final de sus vidas, otra integrante de Orión está formando nuevas estrellas: la Nebulosa de Orión. Está debajo del cinturón, y parece un pequeño y borroso manchón de luz. En realidad, se trata de un vasto complejo de gas y polvo. Ha formado miles de estrellas, y hay muchas más formándose.
Fuente: Observatorio McDonald.
¿Cuántas veces usted se detiene a observar lo que el cielo cada noche coloca en cartelera?… Recuerde el axioma que dice “Como es arriba…es abajo”… El cielo y las estrellas no son un adorno… son una realidad.
Observar nos conecta en un 30% con la energía del Universo
Imitar lo observado nos conecta en un 70% con la energía del Universo…
Emular lo observado nos convierte en la energía.