El planeta Júpiter asciende debajo de la Luna mañana temprano. Se ve como una estrella brillante. Está en el este unos 45 minutos antes de la salida del Sol, pero está tan bajo que usted necesitará un horizonte despejado para verlo.
Júpiter y La Luna
Una de las vistas más espectaculares del cielo nocturno es una aurora –una vistosa y resplandeciente cortina conocida como las luces del norte –boreales- o del sur –australes. Pero la Tierra no es el único planeta con auroras, también se encuentran en los planetas gigantes como Saturno y Júpiter.
En la Tierra una aurora se forma cuando el campo magnético de nuestro planeta dirige partículas con carga energética del Sol hacia los polos magnéticos. Estas partículas colisionan con átomos de gas en la atmósfera superior, liberando electrones. Cuando los electrones se unen con nuevos átomos, los gases de la atmósfera resplandecen.
Lo mismo pasa en Júpiter, pero el campo magnético de Júpiter es mucho más fuerte que el de la Tierra, por eso sus auroras son hasta mil veces más potentes. Emiten gran parte de su energía no como luz visible, sino como rayos X o ultravioletas.
Los rayos X revelan que Júpiter tiene otra fuente de partículas con carga energética: su luna volcánica Io. Los volcanes despiden toneladas de partículas al espacio. El campo magnético de Júpiter las encauza hacia los polos, creando un espectáculo casi constante de sus propias luces del norte y del sur.
¿Cuántas veces te detienes a observar lo que el cielo cada noche coloca en cartelera?… Recuerda el axioma que dice “Como es arriba…es abajo”… El cielo y las estrellas no son un adorno… son una realidad.
Observar nos conecta en un 30% con la energía del Universo.
Imitar lo observado nos conecta en un 70% con la energía del Universo…
Emular lo observado nos convierte en la energía.