Toma en cuenta que el verdadero dueño del amor es Neptuno, es el que aporta el amor en esencia, el amor que emana del Universo, mientras que Venus nos conecta con el amor que esclaviza aquel que se ha adoptado por masa crítica. Reflexiona y pregúntate ¿A cuál amor apuestas?
Para conquistar a un Piscis toma en cuenta que ellos son pudorosos y para nada libertinos… Resáltale sus atributos suavemente. Aprovecha su pasividad y apóyal@.
Su verbo es Yo Creo.
Linda Goodman
Texto extraído de su Libro:
Los Signos Zodiacales y el amor.
Cuanto más creativo y artístico, más ocioso y esotérico sea el ambiente, mas peces encontrarás. Sacarás la red llena de ejemplares coloridos y resplandecientes, si la echas en un cóctel o en un baile de gala.
La gente de Neptuno tiene pocas ambiciones mundanas. A la mayoría de ellos les importa un comino el rango, el poder o el liderazgo, y tampoco la riqueza les atrae demasiado. Pocas personas de este signo habrá que lleguen a hacer dinero, como no lo obtengan por herencia o por matrimonio.
El Pez te dejará impresionado con su naturaleza ociosa y el encanto de sus modales. La mayoría de las restricciones lo dejan indiferente, si no le privan de su libertad de soñar y de ir buscando su camino en la vida.
La gloriosa imaginación de Piscis, la maravilla de su humor travieso y el sentido neptuniano de la belleza pueden crear la más delicada -y también la más eternamente perdurable- obra de prosa o poesía. En realidad, sin sus esfuerzos artísticos y la belleza de sus sentimientos el mundo poco podría hacer; dejaría de girar. Encontrarás con frecuencia Peces que han enterrado sus propios sueños para iluminar oscuros rincones de la vida de parientes y amigos, o para hacer don de lágrimas y risas al público, desde un escenario, al precio de los propios anhelos y necesidades. Pero Neptuno es un planeta engañoso, capaz de dar nacimiento a naturalezas que se retuercen y giran en dos direcciones a la vez, deformando la verdad; esta es la influencia que a menudo hace que Piscis oculte sus verdaderas emociones.
El Hombre Piscis
Un Piscis puede ser todo lo que tú quieres encontrar en un hombre… o todo lo que no quieres encontrar en él. Si hablamos de negocios, la marea es sinónimo de oportunidad; necesita una decisión firme, acción determinada y capacidad para ahogar los viejos sueños empapados que obstruyen el éxito. El problema es que hay hombres Piscis que no reconocerán la marea alta, por más que esté lamiéndoles los pies.
El hombre Piscis no es débil; simplemente, puede demorarse demasiado en una tenue estrellita de plata y perderse el resplandor solar del éxito. No todos ellos son inactivos soñadores, pero más de los que puedes dispersar arrojando una piedra, sí.
Romanticismo es, precisamente, lo que jamás le faltará a ningún Piscis que haya nacido en este mundo. Es casi el aire que respira.
Un hombre Piscis no tiene prejuicios; jamás juzgará a un indio sin haber caminado unos cuantos kilómetros con sus mocasines, ni a un nudista sin haber probado a andar descalzo. E incluso entonces será comprensivo y no exagerará la nota crítica.
La Mujer Piscis
La cola hacia la derecha, y por favor, no amontonarse. Es posible que no haya bastantes mujeres Piscis para que cada hombre tenga la suya, pero eso no es razón para indisciplinarse. Tendréis que respetar los turnos y esperar la mejor suerte.
Incluso sin astrología se han difundido los rumores referentes a los encantos de la mujer Piscis. Claro que también tiene sus puntos negativos, pero a la primera mirada es el sueño de todos los varones desde la escuela primaria, con un sabio toque de conejita de Playboy para mejor condimento. Más vale que admitamos que la mujer moderna y emancipada, con su imagen de hierro forjado, ha hecho subir más aún las acciones de las muchachas Piscis. Enturbiado el aire en la senda de los enamorados por toda esa libertad que predica la mística femenina, las recatadas, bonitas y desvalidas criaturas de Neptuno tienen que ahuyentar a los hombres a palos.
Tras una breve conversación con ella, un hombre se relaja instantáneamente. Se imagina un cálido fuego restallante en una noche de invierno, o se ve tendido en una hamaca, un fragante día de primavera, sin que nadie le incomode.
Además, su deliciosa feminidad oculta todos los fallos secundarios, y la mayor parte de las veces la chica típica de Neptuno es dulce, soñadora y femenina.
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