Lincoln advirtió a los estados sureños de EE.UU. en su discurso inaugural: «En sus manos, mis insatisfechos compatriotas, y no en las mías, está la decisión de la guerra civil. El Gobierno no los atacará… No han hecho un juramento con el cielo para destruir el Gobierno, mientras yo tengo el juramento más solemne para preservarlo, protegerlo y defenderlo».
Lincoln encontró la secesión ilegal, y estuvo dispuesto a usar la fuerza para defender la ley federal y la Unión. Cuando las baterías confederadas dispararon contra el Fuerte Sumter, obligándolo a rendirse, hizo un llamado a los estados por 75.000 voluntarios. Otros cuatro estados esclavistas se unieron a la Confederación, pero cuatro se mantuvieron dentro de la Unión. La Guerra Civil había comenzado.
Hijo de un hombre de la frontera de Kentucky, Lincoln tuvo que luchar para ganarse la vida y para aprender. Cinco meses antes de recibir la nominación de su partido a la presidencia, esbozó su vida:
«Yo nací el 12 de febrero 1809, en el condado de Hardin, Kentucky Mis padres nacieron en Virginia, de familias sin distinciones, familias de Segundas nupcias, tal vez debería decir. Mi madre, que murió en mi décimo año, era de una familia de llamada de Hanks… Mi padre… se mudó de Kentucky a Indiana… a mis ocho años…. Era una región salvaje, con muchos osos y otros animales salvajes todavía en el bosque. No crecí… Por supuesto, al llegar a la mayoría de edad no sabía mucho. Sin embargo de algun modo, he podía leer, escribir y contar… pero eso era todo».
Se casó con Mary Todd, y tuvieron cuatro hijos, sólo uno de los cuales vivió hasta la madurez. En 1858 Lincoln corrió contra Stephen A. Douglas para el senador. Perdió la elección, pero en el debate con Douglas se ganó una reputación nacional que le valió la nominación republicana para presidente en 1860.
Como presidente, construyó el Partido Republicano en una organización nacional fuerte. Además, trajo a la mayor parte de los demócratas del norte a la causa de la Unión. El 1 de enero de 1863, emitió la Proclamación de Emancipación que declaraba libres a los esclavos para siempre dentro de la Confederación.
Lincoln nunca permitió que el mundo olvidase que la Guerra Civil involucró un problema aún más grande. El afirmó de modo más conmovedor al dedicar el cementerio militar en Gettysburg: «Estamos decididos a que estas muertes no sean en vano – que esta nación, bajo Dios, tendrá un nuevo nacimiento de libertad, y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, no perecerá de la tierra».
El espíritu que le guiaba era claramente el de su segundo discurso inaugural, ahora inscrito en una pared del Lincoln Memorial en Washington, DC: » Con malicia hacia nadie, con caridad para todos, con firmeza en lo correcto, como Dios nos da a ver lo correcto, esforcémonos para terminar el trabajo en el que nos encontramos; para vendar las heridas de la nación…»
El Viernes Santo, 14 de abril 1865, Lincoln fue asesinado en el Teatro Ford en Washington por John Wilkes Booth, un actor, que de alguna manera pensaba que estaba ayudando al Sur. Contrario fue el resultado, ya que con la muerte de Lincoln, la posibilidad de la paz con generosidad murió.
Fuente: Traducción libre de Biografías presidenciales en WhiteHouse.gov, por Michael Beschloss y Sidey Hugh.