Pero la insistencia de su padre de decirle Francesco (que quiere decir “El Frances”) creo la tendencia de su nombre. En 1201, Francisco participó como voluntario en la expedición a Perugia. El ejército de Asís fue vencido y Francisco fue hecho prisionero por un año, fue liberado por razones humanitarias debido a una enfermedad que le duraría todo uno año.
En el 1205, partió nuevamente para la guerra. Se enroló como voluntario para combatir las tropas pontificias en Puglia con el ejército del conde de Brienne. Cuando llego a Spoleto escucho una voz que lo exhorto a regresar a Asís, regresó a Asís y retomó su estilo de vida.
Según narra los estudiosos de su vida, a finales del 1205, mientras rezaba en la Capilla de Dan Damiani, recibió de Jesucristo una orden «Ve y repara mi Iglesia». Francisco comenzó de inmediato a restaurar las Iglesias en ruinas en los alrededores de Asís.
Su padre, no apreció su conversión y le negó su ayuda y acudió al Obispo Guido de la orden Episcopal en Asís, para influir sobre el joven para hacerlo respetar sus “deberes como hijo” y “profesionales”. El prelado escuchó a Francisco y se impresiono por la sinceridad y seriedad en sus propósitos, lo acogió en la Iglesia y lo puso bajo su protección. Francisco renuncia a la herencia paterna y se despoja públicamente de sus vestidos públicamente y el Obispo lo cubrió con su capa.
A los veinticinco años, cuida a los pobres y leprosos, se hospeda en los bosques del Monte Subiasio y después en el valle, cerca de la Capilla de Santa María de los ángeles. Durante la misa del 24 de febrero de 1208, Francisco sintió la necesidad de salir al mundo. Regresa a Asís e inicia la predicación buscando seguidores especialmente entre sus excompañeros de juegos y fiestas. Formando una fraternidad libre de laicos con voto de pobreza, vida común y dedicada a la caridad. En 1210, fueron reconocidos y legalizados por el Papa Inocencio III, gracias a la mediación de Juan Colonna, cardenal de San Pablo, a quien Francisco le fue recomendado por el Obispo de Asís.
Francisco acoge Clara de Offreducio en su comunidad, un domingo de Ramos, 08 de marzo de 1212. Clara hoy es honorada como Santa Clara, fundadora de las Clarisas.
Su comunidad de San Francisco entre el 1209 y el 1220 creció rápidamente. Los frailes predicaban el perdón y paz, en Italia los Alpes y hasta en Siria. El mismo Francisco visito Dalmazia, España, Francia y Tierra Santa, intentó alcanzar Marruecos para predicar el Evangelio a los musulmanes.
Durante el bienio 1215-16 se sabe que estuvo en el acto de muerte del Papa Inocencio III. El sucesor, Honorio III, fue muy importante para la consolidación de la fraternidad y su transformación en una orden mendicante de la cual fue celebre el primer capítulo general en Asís en Pentecostés del año 1217. El segundo capítulo general de la Orden fue en mayo de 1219.
En el 1202, Francisco regresa del Oriente y descubre que en su ausencia fueron tomadas decisiones que impusieron a su comunidad una organización más rígida y una disciplina mas estrecha para asemejar la fresca comunidad a otras órdenes más tradicionales, también las dificultades derivadas su éxito atrayendo a seguidores de varias clases sociales y culturales.
Con sabiduría y tristeza pide a Papa Honorio III de asignar al Cardinal Ugolino (Futuro Gregorio IX) de cuidar los intereses de la Orden. Francisco renuncia a su posición de jefe jurídico de su Orden permaneciendo como Jefe espiritual hasta la muerte.
Francisco pasó la Navidad del 1223 en Greggio, en el Valle de Rieti. Donde construyo un pesebre para celebrar la fiesta y organizo una representación que dio origen a la tradición del nacimiento. Las personas venían a ver el lugar de Greggio que «estaba preparado como si fuera un nuevo Belén», por cientos.
Entre Agosto y Septiembre 1224, fue a La Verna, un lugar de los Apeninos entre Toscana y Romagna, que le había sido donada, por un feudal del lugar en tiempo de una cuaresma dedicada al Arcángel Miguel. Ahí, el día de la Exhaltación de la Santa Cruz, 14 de septiembre recibió los estigmas.
En Abril de 1226, fue conducido a Siena para curar sus ojos pero sin resultado. Para ese entonces ya vomitaba sangre y las fuerzas no lo sostenían. Va a Cortona, al convento de la Celdas, donde, según la tradición, redactó sus memorias y testamento.
Pidió ser llevado a Asís, donde llego a Giugno, en Septiembre insistió en ser llevado a Porciúncula. Pocos días antes de morir Francisco se hizo extender desnudo sobre la tierra. Después al oscurecer de la tarde del sábado 03 de Octubre de 1226, Francisco se durmió en el Señor. Uno de los Frailes presentes vio su alma como una estrella del tamaño de la luna y el brillo del sol, ascender directamente al cielo. Las alondras se reunieron en el lugar donde el yacía, volaron y cantaron a su alrededor. Todas las campanas de Asís sonaron y la noticia paso de boca en boca con rapidez.
Los funerales se hicieron en la Iglesia de San Giorgio, sus restos fueron depositados en una urna maciza de piedra cerrada en la superficie por una reja, y asegurada a urna por cubiertas de hierro. Al final fue calado bajo el altar de la Iglesia.
Sobre aquella tumba se dice, ocurrían los milagros. Ciegos, cojos, mudos, sordos, paralíticos, afectos de cualquier enfermedad adquirían improvisadamente la salud el cuerpo y las almas encontraban la luz de la fe y la fuerza para una renovación interior.
Su Canonizado se realizo el 16 de julio de 1228, el papa Gregorio IX vino de Perugia en Asís, e inscribió el nombre de Francisco en el registro de Santos.
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Sinopsis:
Siglo 13, ciudad de Asís en la Umbría italiana. Francisco Bernardone, hijo del comerciante Pedro Bernardone y de Pica es un joven alegre y despreocupado al que le gusta divertirse con sus amigos.
Pero ha sido llamado a la guerra. Participa en la guerra contra Perusa y regresa enfermo, sumido en un delirio, que remonta sus recuerdos a los días en que pasó en fiestas y placeres carnales. Sin embargo, la sombra de una cruz que él ve en su delirio pone fin a su vida anterior.
Poco a poco se recupera, pero ya no es el Francisco que era conocido por todo el mundo.
Sus tiempos de juerga llegaron a su fin ahora medita la belleza de las criaturas de Dios. Al encontrar una pequeña iglesia en ruinas y su antigua cruz, Cristo cambia su vida para siempre.
Conmovido por la miseria de los obreros de la tintorería de su padre se dedicará a reparar la iglesia de San Damián, con ayuda de sus primeros seguidores. Francisco renuncia a las riquezas, su familia y empieza a reconstruir la Iglesia como “il Poverello” – Los más pobres entre los pobres – pronto reúne mucha gente ansiosa de seguirle en un movimiento espiritual.
Uno a uno se le van uniendo los viejos amigos y también la joven Clara. Viven de limosna y sus paisanos los toman por locos. Decidido a defender sus razones va a entrevistarse con el papa Inocencio III.
¿Aceptará el Papa una nueva orden de los mendigos y los más pobres entre los pobres?
Veamos como San Francisco de Asis cambiar su vida y su fortuna por la riqueza del amor y la naturaleza viendo Hermano sol, hermana luna.