Antiguamente, el Jueves Lardero era el comienzo de unos días de celebración que culminaban con el Carnaval, estos días se cree que eran las fiestas paganas que se realizaban en honor a Baco, el dios del vino.
La costumbre del cristianismo de asimilar acontecimientos tradicionales para potenciar las fechas de la nueva religión vio la oportunidad de enlazar estos días de dispendio y relajo con la Semana Santa y así apareció la cuaresma. Así en el siglo VI cobró gran importancia el ayuno como práctica de preparación para la Semana Santa.
Una referencia antigua a una preparación pascual de cuarenta días es descrita por Eusebio de Cesárea aproximadamente en el año 332. Eusebio menciona la Cuaresma como de una institución conocida, claramente configurada y consolidada, lo que permite remontar al siglo IV la Cuaresma como realidad establecida en algunas Iglesias. 
La Cuaresma con un matiz de purificación, limpieza, purga y preparación, sacrificio, ayuno y abstinencia son los cuarenta días de que tocan fin el Domingo de Ramos enlazan la purificación con la Semana Santa. Fue en el Concilio de Nicea de 325, que aprobó las reglas para fijar la fecha de la Semana Santa.
Pero los astutos creyentes hispanos que cumplían fieles en la antigua tradición no perdían oportunidad en los días previos de ponerse “hasta el copete” como dicen unos (o “hasta las botas” para sonar más español) de comer carne.
Carnaval que viene del latín «carnem levare» que significa quitar la carne (y de donde viene carnestolendas que significa carne que ha de ser suprimida), se convirtió en una fiesta de despedida de la carne en la que se procuraba gozar todo lo posible de la carne porque después, y durante cuarenta días, la Religión les prohibiría catarla.Es prudente señalar que fue el llamarla celebración de la carne lo que dio doble sentido y un matiz sensual a la fiesta.
La oportunidad idónea y la excusa perfecta para la celebración la da el carnaval, y el jueves anterior al miércoles de Ceniza se convierte en la una última oportunidad para llenarse de carne.A este día se le llama Jueves Lardero. En él las personas salen al campo a merendar al aire libre longaniza, chorizo, carne a la brasa, adobo, lomo, tortilla de butifarra, coca de chicharrones, rosquillas, chocolate, huevos duros, frutas, dependiendo del sitio.
El Jueves Lardero tiene origen en la palabra del latín «lardum», que se utiliza para designar a la carne rica en grasa como el tocino y al ser asimilado al castellano quedo como lardero, lardear, ladrear, ladreo, palabra que hacen referencias explícitas a las antiguas celebraciones.
Aunque fecha en la que la costumbre comenzó a “cristianizarse” no se conoce con exactitud por el origen de su raíz, «lardum», puramente latina, se estima su origen en la Edad Media cuando el castellano se estaba desmembrando del latín.
En Aragón se dice: “Jueves Lardero longaniza en el puchero“.
El Jueves Lardero se celebra principalmente en el oriente de la península ibérica y regiones cercanas. En una referencia a la celebración Juan Ruiz, escritor castellano del siglo XIV, cuenta en algunos de sus textos que se celebraba por algunos lugares de Castilla durante esta época.
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