Confucio (551 a.C. – 479 a.C.), en chino es Kǒngzǐ (孔子), aunque muchas veces se escribe “Kung Fu Tse”, otra variante poco habitual es Kǒng Fūzǐ (孔夫子), de esta se deriva el nombre en español latinizado Confucius. Fue un filósofo y pensador chino, creador del confucianismo y una de las figuras más influyentes de la historia china.
Uno de los legados dejados por el pensador son las Analectas o sus “discusiones sobre las palabras” (refiriéndose a las palabras del famoso pensador), estas recogen una serie de charlas que Confucio dio a sus discípulos así como los profundos debates que causarón.
Su pensamiento fue introducido en Europa por el jesuíta Matteo Ricci, quien fue la primera persona en hacer una adopción latina del nombre como “Confucio”.
Nació en Qufu (antiguo país de Lu), actual provincia de Shandong al noreste de China. En el clan Kong, una familia de terratenientes noble. Con la muerte del padre la familia quedo en la pobreza. Sin embargo Confucio, recibió una educación de calidad.
Fue funcionario público desde escriba y contador hasta ministro de justicia, y alternativamente ejerció como maestro. Fracasó en sus intentos por influenciar a los príncipes, limitándose su influjo en vida al que consiguió ejercer directamente sobre algunos discípulos.
El confucianismo es fundamentalmente un conjunto de doctrinas morales, y en menor medida religiosas ya que Confucio rehusó especular sobre el más allá. El centro de sus preocupaciones fue la moral personal, tanto por lo que respecta a la orientación de las conductas privadas como a las normas del buen gobierno.
Dicha moral, basada en valores como el altruismo, la tolerancia, el respeto mutuo, la armonía social y el cumplimiento del deber, constituían en realidad una sistematización de ideas presentes en la cultura china, por lo que se difundió con facilidad y contribuyó a modelar la sociedad china sobre una base.
Es un movimiento o un pensamiento conservador, y de hecho así lo presentó Confucio, situando en el pasado la “edad de oro”, en el imperio de los buenos principios que los chinos debían mostrar.
Con la familia como centro insta a la sociedad china, al insistir en el respeto de los hijos a los padres y en la obediencia de las mujeres a sus maridos. Inculco el respeto del pueblo a las autoridades, aunque rechazando la tiranía: los súbditos debían obediencia al soberano, ya que el Estado existía para buscar el bien de los gobernados; pero, por la misma razón, los gobernantes debían gobernar según rectos principios éticos, aplicando el ejemplo moral y no la fuerza.
Daba importancia a la concepción de un orden cósmico perfecto, que debía ser imitado en los asuntos humanos, buscando la armonía de la tierra con el Cielo, fuerza inteligente que gobierna el mundo.
Aunque conservador, el pensamiento de Confucio tenía un potencial innovador en la medida en que exigía un gobierno moral y bienhechor, proclamaba que la nobleza no procedía del nacimiento sino de la superioridad moral; y dejaba abierta la puerta a la rebeldía contra los gobernantes inmorales.
El Confucionismo fue perseguido durante la época de la dinastía Ts’in (221-206 a. C.) y fue la filosofía oficial del Estado en la dinastía Han (206 a. C.-220 d. C.).
La vigencia de su doctrina moderada y tradicional ha marcado la ética dominante en China y su influencia sigue siendo perceptible hasta nuestros días, a pesar del esfuerzo de las autoridades comunistas por erradicarla; su influencia se propagó también a Japón, Corea y Vietnam como parte del influjo cultural que en términos generales han recibido esos países de la vecina China.
La tradición establece que a los 50 años de edad se convirtió en magistrado de Zhongdu y un año después fue nombrado para ejercer en Lu un cargo equivalente al de ministro de Justicia.
Estableció numerosas reformas que condujeron a una administración justa caracterizada por su imparcialidad y la erradicación del crimen.
Fue víctima de intrigas y complots para deshacerse de sus reformas.
Confucio dejó su cargo en el 496 a. C. y se dedicó a viajar por diferentes territorios impartiendo clases y esperando en vano que algún otro príncipe le permitiera emprender reformas.
En el año 484 a. C., regresó por última vez a Lu. Se dedico a escribir comentarios sobre los autores clásicos. Falleció en Lu y fue enterrado en Qufu (Shandong) en el año 479 a. C. El templo y cementerio de Confucio, así como la residencia de la familia Kong fueron declarados Patrimonio cultural de la Humanidad en 1994.