Michel Nostradamus (1503 – 1566), fue un médico y consultor astrológico de origen judío, considerado uno de los más renombrados autores de profecías. Nació en Provenza, Sur de Francia un jueves 14 de diciembre.
Su padre fue Jacobo de Nostredame, notario de Provenza. Su madre, Renata de Saint-Rémy. Con una familia ancestralmente conocida por su dominio de la matemáticas y medicina. Con tradiciones la tribu de Isacar origen de su estirpe judía y afamada por ser Pródiga en adivinos.
Un decreto de forzoso cumplimiento en 1480, requería a los hebreos la conversión al catolicismo so pena de confiscación, lo que forzó al profeta Abraham Salomón abuelo de Michel Nostradamus a cambia su apellido a Nostredame que al ser llevada a latín por Michel resultaría en Nostradamus.
Es importante recordar que matemáticas, astronomía y astrología eran consideradas caras de una sola ciencia así como lo eran la medicina, la química, la farmacia y la alquimia. Es por ello que la Familia de Nostradamus muestra viva de ello despertó un halo de misterio aderezado por su tradición profética.
Estudio las estrellas y como ubicarse por su posición, desde muy joven su comprensión del destino basado en esta información era impresionante. Causaba admiración por las extrañas características de su memoria. Y logro el respeto de quienes le rodeaban durante una epidemia de peste que asoló la ciudad de Montpellier, al elaborar y distribuir unos polvos que prevenían la enfermedad con éxito. Continuando con sus mezclas e inventos logro convertirse en boticario y perfumista en Marsella, y llego a ser conocido por el efecto positivo de sus elixires, perfumes y filtros de amor.
En 1546, la terrible epidemia llamada del «carbón provenzal» diezmaba la zona de Aix, en Provenza. Los afectados por ella se ponían negros como el carbón poco antes de morir dolorosa y terriblemente. Un invento de Nostradamus, compuesto de resina de ciprés, ámbar gris, esencia de pétalos de rosas recolectadas delicadamente cada madrugada logro lo inesperado. Inexplicablemente el compuesto consiguió cortar el contagio, por este acierto y el prestigio alcanzado por Nostradamus se requería su presencia en los lugares donde se presentaba cualquier nuevo brote.
En 1547, Nostradamus abrió su consulta en Salon-de-Crau, atendiendo un público ávido de aceites, pócimas, bebedizos, polvos y empastos contra todo tipo de dolencias. Gano mayor fama con una mixtura capaz de curar la esterilidad cuyos ingredientes eran: orina de cordero, sangre de liebre, pata izquierda de comadreja sumergida en vinagre fuerte, cuerno de ciervo pulverizado, estiércol de vaca y leche de burra.
Con este compuesto trato a Catalina de Médicis, quien fuera nieta del papa Clemente VII, e hija de Lorenzo de Médicis y esposa del rey de Francia Enrique II. Catalina era una mujer influenciable, pero también fue astuta y víctima de las supersticiones; era adicta a adivinos y astrólogos, por ello encontró en Nostradamus una luz al final del túnel. Y fue efectivo pues al corto tiempo pario de diez hijos luego de once años sin poder hacerlo.
El magistrado Chavigny cuenta sobre como le contó acerca de las grandes revoluciones y cambios que habrían de ocurrir en Europa, y sobre las guerras civiles y sangrientas, también sobre las perniciosas perturbaciones que iban a asolar el mundo; y de como lleno de entusiasmo y arrebatado por un furor enteramente nuevo, se puso a escribir sus Centurias y demás presagios para parafracear a Nostradamus.
Pero por temor a la reacción pública, Nostradamus prefirió guardar sus profecías para sí mismo, hasta el año 1555. Con sus profecías el rey y su esposa quedaron maravillados. Por ello debió ir París. Enrique II lo agasajo como a una estrella, y lo convirtió en el evento de moda hasta la muerte del monarca.
Esta muerte ya la había predicho Nostradamus, y años antes, el astrólogo Luca Gaurico. Pero siendo el Rey «No existe razón alguna de pensar que yo vaya a morir de tal manera. Pues el rey de España y yo acabamos de hacer la paz, y aunque no la hubiéramos hecho, dudo mucho de que llegásemos a batirnos en duelo ocupando cargos de tan alta dignidad» afirmaba Enrique.
Pero Nostradamus había escrito:
El joven león al viejo ha de vencer,
en campo del honor, con duelo singular.
En jaula de oro, sus ojos sacará,
de dos heridas una, para morir muerte cruel.»
Pero parece muy claro:
“El joven león”, era el conde de Montgomery que portaba un felino en su blasón.
“Al viejo ha de vencer”, era el rey Enrique II de Francia cuyo signo astrológico es Leo el signo del León.
“en campo del honor, con duelo singular”, el evento ocurrió en uno de los torneos (campo de honor) en el que festejaban el fin de la guerra con España.
“En jaula de oro” el yelmo del rey brillaba con un resplandor áureo (dorado).
“sus ojos sacará, de dos heridas” Montgomery golpeó involuntariamente con su lanza la coraza de Enrique causándole una fractura de cráneo al tiempo que una astilla penetraba su ojo.
“una, para morir muerte cruel” solo la segunda herida, la del ojo fue mortal como indicaron los médicos. La crueldad de la muerte es por la agonía de Enrique quien duró más de doce días antes de fallecer.
Posteriormente, los comentadores han encontrado que todo está muy claro. De los dos leones, el primero trataba de representar el signo astrológico de Francia y de su rey; el otro era el león heráldico de Escocia, bajo cuyo combatía el conde de Montgomery, lugarteniente entonces de la guardia escocesa en la corte de Francia.
El único error en la profecía “no fueron los dos sino un solo ojo el herido”.
La muerte de Nostradamus también la escuchamos de Chavigny: «Había pasado ya de los sesenta años y estaba muy débil a causa de las enfermedades frecuentes que lo afligían, en especial artritis y gota. Falleció el 2 de julio de 1566, poco antes de la salida del sol. Podemos muy bien creer que le fue conocido el tiempo de su muerte, y aun el día y la hora, puesto que, a finales de junio de dicho año, había escrito de su propia mano estas palabras latinas: Hic prope mors est, mi muerte está próxima. Y el día antes de pasar de esta vida a la otra, habiéndolo yo asistido durante largo tiempo y habiendo estado cuidándolo desde el anochecer hasta el día siguiente por la mañana, me dijo estas palabras: ¡No me verá con vida la salida del sol!»
Gracias a la magnifica labor de Histrory Channel y por cortesía de Youtube podemos en este documenta ver una perspectiva actual de la obra de Nostradamus.