El sol en Aries marca el equinoccio vernal y el inicio de la primavera en este lado del hemisferio, su conjunción con Mercurio Retrogrado (comunicación) y Urano (revolución) nos invita a todos a subirnos en una patineta cósmica en la que el cambio es la única premisa de control que tenemos.
La inercia, la paciencia y la inacción son la semilla de los fracasados, por lo tanto mi invitación es a que te reinventes y a que defiendas tu libertad (Urano), tu identidad (Sol) y tu esencia. Durante este mes el universo nos continúa brindando el gran trígono de tierra que involucra a Júpiter, Plutón y Marte, siendo Marte el combustible, Plutón la transformación y Júpiter la multiplicación de los resultados de aquello a lo que estemos apostando.
La apuesta debe ser en grande, porque Plutón y Júpiter no avalan la mediocridad, así que empezó el conteo 1…2…3…
Según la Alegoría de Martin Schulman a este signo se le entregó el siguiente don:
A ti, Aries te concedo mi semilla el primero, para que tengas el honor de plantarla. Que cada semilla que plantes, un millón más se multipliquen en tu mano.
No tendrás tiempo para ver crecer las semillas, pues cada cosa que plantes crecerá más de lo que supones. Serás el primero en penetrar en el terreno de las mentes humanas con mi idea. Pero tu trabajo no consiste en alimentar la idea ni cuestionarla. Tu vida es acción, y la única acción que yo te mando es la de empezar a hacer que los hombres cobren conciencia de mi creación. En compensación de tu buen trabajo te concedo la virtud de la autoestima.
Tranquilamente Aries se retiró para volver a ocupar su lugar.