La energía de “invasión” presente en el colectivo.
En el colectivo la invasión puede ser de tiempo, de territorio, de ondas, de espacio.
En el individuo la invasión puede ser de tiempo, de gente, de información, de patrimonio, de enfermedad.
¿Qué hacer?
Muy sencillo invadir antes de que nos invadan, podemos invadir nuestra propia privacidad haciendo público algún proyecto celosamente guardado… Podemos proteger y vigilar aquello que pueda ser invadido, podemos “literalmente” jugar “Ajedrez Vivo”.
Podemos derribar fronteras auto impuestas.
El mundo está lleno de fronteras, algunas son establecidas por convención social mientras que otras son reforzadas con leyes y patrullaje activo.
Las peores fronteras son aquellas que existen y son respetadas sin saber porque, son esas cosas que están engramadas en nuestra mente sin ninguna explicación, cosas cotidianas como: “no puedo hacer ruido, son las 2 am” o “no puedo saludar al señor del apartamento 1C, él es muy extraño” “no puedo poner bravo a mi jefe”.
¿Cuántas veces no te has encontrado susurrando de noche en una casa vacía?
Estas fronteras a veces son sanas, como el respeto por la privacidad de otros, pero en otras ocasiones son sólo manifestaciones de nuestro miedo o justificaciones para no alcanzar nuestros sueños.
Hoy, cruza esas fronteras e invade el terreno desconocido que se interpone entre tú y tus objetivos, sin lastimar a otros pero sin permitir que otros te lastimen, tomando iniciativa para borrar las limitaciones del miedo.