Es un Festival de Luna Llena universal, o planetario, para gentes de todas las creencias. Es un elevado punto de inspiración. Todos pueden cooperar en la conciencia en este flujo singularmente disponible de energías espirituales.
En el momento del plenilunio de Tauro se crea una energía de gran singularidad que se reparte, se difunde, por toda la humanidad. Naturalmente las personas que estén PRESENTES tendrán una fuerza disponible a su alcance en virtud de su invocación y en virtud de la evocación dentro de las profundidades de sí mismo constituyendo entonces una fuerza radioactiva que seguramente influirá mucho su ambiente condicionante social, su ambiente familiar y profesional, todo cuanto esté dentro de su radio de acción.
En este plenilunio se establece una relación única entre la tierra, el sistema solar, el zodíaco y el zodíaco mayor. Tenemos una configuración especial de planetas y galaxias.
Se forma un triángulo entre la Osa Mayor, las Pléyades y Sirio, llamado el Ojo de Tauro. A partir de esta luna llena tenemos 28 días, hasta la próxima luna llena, para asimilar e integrar estas energías a nuestro ser. La energía de Tauro es la energía del deseo, deseo en procura de la manifestación. Tauro materializa y plasma los pensamientos. Tengamos pensamientos claros de lo que deseamos para nuestro futuro y plantemos hoy las semillas de nuestra realidad más deseada.
Es en el plenilunio de Tauro, cuando el Sol se alinea con el Ojo de Tauro es un momento de máxima iluminación para toda la humanidad, llamado también el día de Buda, por haber nacido bajo el plenilunio. ¡Día de Reflexión!
En los próximos días el Sol entra en resonancia y conjunción con el centro galáctico en las Pléyades. Este evento también colabora en la recepción de las nuevas frecuencias de luz y conocimiento que habilitan los estados de conciencia multidimensional.
«Veo, y cuando el ojo está abierto, todo se ilumina«