Antares, el corazón del escorpión, se encuentra cerca y debajo de la Luna hoy a primera luz. A pesar de que se ve como un sólo punto rojizo-anaranjado de luz, en realidad consiste en dos estrellas, las cuales ambas son mucho más grandes y más pesadas que el Sol.[1]
Antares es la estrella alfa de la constelación de Escorpio, se trata de una súper gigante roja, millones de veces más grande que nuestro Sol. Es aproximadamente del tamaño de la órbita de Marte alrededor del Sol, su tipo espectral es mixto. Últimamente se dice que es una doble con enana, la mayor es de tipo M0 de color rojiza y de baja temperatura y la pequeña compañera de tipo A3 de color verde, se localiza en el grado 9 Sag 41 en 26 S 25.
Antares representa el corazón del Escorpión celeste, una de las estrellas bebenias más importantes y conocidas desde la antigüedad, pues los egipcios ya la conocían y con ella señalaban una de las tres estaciones más importantes, en este caso la estación de la recolección.
Esta estrella, como Aldebarán, por ser una estrella que se encuentra dentro de la banda zodiacal, puede interactuar con el resto de las planetas, por eso aparte de conocerse como un punto en el cielo que sirve para conocer el tiempo climático, también se usa para conocer los avatares del destino humano, sobre todo de aquellas personas que la estrella Antares se encuentra sobre puntos sensibles del cielo de nacimiento.
Los astrólogos Maya también tienen a esta estrella en consideración, es una de las cuatro estrellas importantes que tiene su glifo propio y se identifica con la constelación de Kutz; el Pavo Real.
Los árabes la conocían con el nombre del Qalb al-Acrab, el corazón del escorpión y formaba una de las mansiones lunares más importantes, igual que Aldebarán.
Nota: Esta información sólo es válida para el Hemisferio Norte.
¿Cuántas veces te detienes a observar lo que el cielo cada noche coloca en cartelera?… Recuerda el axioma que dice “Como es arriba… es abajo”… El cielo y las estrellas no son un adorno… son una realidad.
Observar nos conecta en un 30% con la energía del Universo.
Imitar lo observado nos conecta en un 70% con la energía del Universo…
Emular lo observado nos convierte en la energía.
Fuentes: radiouniverso.org, enfermedadelalma.blogspot.com
Imagen: enfermedadelalma.blogspot.com