Las mitades divididas de una serpiente se están moviendo hacia el cielo nocturno. Conocidas como Serpens, la serpiente, comienzan a ascender tarde por la noche. La constelación está dividida porque la serpiente envuelve a las estrellas de Ofiuco, el cargador de serpientes.
Constelación de Serpens (Serpiente)
Aunque consta como una sola, está dividida en dos partes, rodeando la constelación de Ophiuchus (Serpentario), constelación que usaremos como referencia para la localización de Serpens.
Consta de dos partes: La Cabeza (Caput) y la Cola (Cauda). En esta constelación podemos encontrar la Nebulosa del Águila (IC 4703), que se hizo famosa en todo el mundo tras la publicación de una espectacular imagen tomada por el telescopio espacial Hubble, donde aparecían unos oscuros pilares de polvo entra gas brillante, a los que se denominó los pilares de la creación. También podemos encontrar unos de los más bellos cúmulos observables en los cielos septentrionales, M5, que al ser observado con unos prismáticos aparece como un área pálida de la mitad del diámetro de una luna llena.
Mitología e historia
La constelación de Serpens y Ophiuchus se conocen desde hace más de cincuenta siglos y los antiguos vieron en ella la figura de un hombre gigantesco estrechando a una larga serpiente. Se le llamó serpentario; pero en seguida se distinguió la auténtica figura humana (a la que se designó con el nombre de origen griego Ofiuco, que quiere decir: El que lleva la serpiente; de la del sinuoso reptil el cual, asomando a la derecha y a la izquierda parece mover el largo cuello en dirección noroeste (cabeza de la serpiente o Serpens Caput) mientras rodea con sus anillos caudales el flanco sur occidental de Ofiuco (cola de serpiente o Serpens Cauda). En 1930, la Unión Astronómica Internacional fijó los límites que había que atribuir a las distintas partes que son las que actualmente se conocen.
¿Cuántas veces te detienes a observar lo que el cielo cada noche coloca en cartelera?… Recuerda el axioma que dice “Como es arriba… es abajo”… El cielo y las estrellas no son un adorno… son una realidad.
Observar nos conecta en un 30% con la energía del Universo.
Imitar lo observado nos conecta en un 70% con la energía del Universo…
Emular lo observado nos convierte en la energía.
Fuentes: radiouniverso.org, prensa-latina.cu
Imagen 1: culturacolectiva.com
Imagen 2: espanol.earthsky.org