Cavendish nació en la ciudad de Niza, en Francia, el 10 de octubre del año 1731, sin embargo, sus raíces eran inglesas, más precisamente de la nobleza, porque sus padres eran el duque de Devonshire, Lord Charles Cavendish y la aristócrata Lady Ann Gray.
Su educación primaria la llevó a cabo en la Escuela de Newcome y a los 18 años se inscribió en la prestigiosa Universidad de Cambridge. Sus amplios conocimientos en física y matemáticas los obtendría durante su estadía en Francia.
En el año 1773, al heredar la fortuna de su tío Lord George Cavendish, Henry, se convertió en uno de los hombres más acaudalados de la época, pero sus intereses y su vocación no los cambió y continúo abocado a la investigación científica.
Su legado se destaca en diversas cuestiones como: descubrió que el aire es el resultado de la mezcla entre oxígeno y nitrógeno, demostró que el agua era un compuesto y no tan sólo un elemento como se creía. En materia de electricidad también introdujo importantes avances al conseguir la medición de la capacitancia y adelantar la ley de Ohm.
También determinó tanto la masa como la densidad del planeta a partir de un elemento de su creación: la balanza de torsión.
En el plano personal, Cavendish, se caracterizó por su perfil poco social y tímido, además, el tartamudeo que padecía contribuyó a ese alejamiento de la sociedad y a no casarse.
Falleció en la ciudad de Londres, el 24 de febrero del año 1810, a los 78 años dejando una enorme cantidad de escritos e investigaciones y una millonaria herencia.
En su honor, existe una cátedra con su nombre en la Universidad de Cambridge.