La Esfera de la Tierra en el Segundo Camino.
En la Esfera I de la Tierra (encarnación), me encontré con “el Yo” y encontré un gran maestro Gustav Theodor Fechner: Uno de los filósofos alemanes más profundos.
De él aprendí que soy un fruto de la tierra y me maravillé de serlo y más aún de comprenderlo.
Gustav Theodor Fechner (1801-1887) fue un psicólogo alemán que elaboró, en 1860, la ecuación que cuenta exactamente la relación entre el estímulo físico y la sensación (relación entre alma y materia).
Pensó que cada materia estaba dotada de un espíritu y tuvo éxito para poner en relación el mundo del espíritu con aquél de la materia. La fórmula correspondiente viene expresada por: «La intensidad de una sensación crece en progresión aritmética, el estímulo debe crecer en progresión geométrica». En notación matemática:
S = c * logR:
donde S es el valor de la sensación, R es uno de los estímulos, y c una constante que varía de estímulo a estímulo. Por lo tanto la sensación S crece con el logaritmo de la intensidad del estímulo.
En 1860 publicó Elementos de Psicofísica, momento a partir del cual la psicofísica quedó establecida como disciplina interesada en establecer las relaciones matemáticas precisas entre los estímulos (medidos en escalas físicas) y las sensaciones evocadas por esos estímulos (medidas en escalas de sensación).
En la Esfera II de la Tierra comprendí por qué la llamamos “madre”.
La Tierra tiene vida propia es un gigantesco ser que nos cobija en su vientre. Mis recuerdos me llevan a la enseñanza de un gran sabio chaman al que tuve la suerte de conocer que me ensenó como la tierra sufre cuando arrancan de su vientre los frutos sin Presencia, como sufre cuando la cubren de asfalto sin dejar espacios de equilibrio, como sufre cuando arrancamos sus árboles y destruimos sus bosques.
La Tierra es nuestro hogar y nosotros vivimos apartados de esa realidad. Desde niña he tenido mucho contacto con la naturaleza, con la tierra, con la montaña sintiendo una verdadera fascinación por los horizontes, por las distancias, por las alturas, le hablaba a las plantas, a las flores, imitaba a los pájaros en su canto y perseguía las mariposas en su vuelo, sin saberlo estaba recibiendo los códigos que me liberarían más adelante de los lineamientos a los que me intentaría someter la sociedad.
Cuando morimos nos entierran en su vientre o si nos creman nos esparcen por sus ríos o por sus mares o montañas… entonces me pregunto ¿Quién posee a quién?
Próxima entrega: Lunes 18 de octubre, en donde daré fragmentos de la esfera de la Luna en el segundo camino.
estos temas son reslmente dignos de leer….materia prima del saber…