En un día como hoy se venera al Arcángel San Miguel (su nombre en hebreo significa: ¿Quién como Dios?) es el jefe de los ejércitos celestiales y por lo tanto el príncipe de los ángeles, en las religiones judía, cristiana (excepto protestante) e islámica.
Para los hebreos es el protector de Israel y patrono de la sinagoga. La religión cristiana lo considera como patrono y protector de la Iglesia Universal, y el primero de los siete arcángeles. También como virrey del cielo, acompañante de las almas a la eternidad, y el vencedor de Lucifer o Satanás. Por eso, en el arte se le representa como un ángel con armadura de general romano, amenazando con una lanza o espada a otro ángel, al demonio o un dragón.
En la literatura apócrifa judía, San Miguel ocupa una buena parte. Y su punto de partida, son las escrituras auténticas. En el libro de Enoc, se le menciona varias veces como «Gran Capitán», el misericordioso y muy paciente, considerado el santo ángel encargado de la mejor parte de la humanidad y del pueblo.