Por “Masa Crítica” y debido a la cercanía del Equinoccio se deben comer alimentos especiales, oportunidad de sincronizar nuestra vida con los ritmos de la Naturaleza. La luz comienza su viaje de regreso a la oscuridad. Pero esta fecha es también el inicio de una segunda cosecha para muchos productos de la Tierra.
De ahí que desde la Antigüedad los pueblos agrícolas hayan multiplicado los rituales en torno a ella para darle la bienvenida y atraer una nueva prosperidad. Las fiestas populares más célebres de esta época son quizá las de la vendimia. Aún hoy en numerosos lugares se comienza bendiciendo los frutos y agradeciendo a Dios la cosecha de la uva. Se dice que los druidas llamaban a este día Mea’n Fo’mhair, honraban a la deidad del bosque y ofrecían libaciones de sidra y vino a los árboles.
En la sociedad actual, donde acostumbramos a obtener la comida en un supermercado, estos elementos siguen recordando a los ciudadanos que los alimentos proceden de la tierra.
Y que la Naturaleza sigue su curso, aunque nosotros solo notemos ese peregrinaje estacional por los días de vacaciones. En algunos puntos del planeta el equinoccio de otoño cobra dimensiones de fiesta nacional. Es el caso de Japón, donde el 23 de septiembre se celebra el Higan No Chu-Nichi, fecha en la que se visita los cementerios para honrar a los antepasados llevándoles flores y dulces de arroz y de soja.
La costumbre tiene su origen en la creencia de que ese día las almas de los difuntos pueden cruzar con más facilidad los ríos que separan los dos mundos y estar con sus familias por un breve tiempo. Así mismo, en China para atraer la suerte durante estos meses tienen la costumbre de celebrar la primera Luna llena de otoño contemplando nuestro satélite, escuchando música y comiendo una “torta lunar” redonda que representa la unión familiar. Son prácticas sencillas que añaden algo de magia a nuestras vidas y nos hacen recuperar el sabor de la Naturaleza.
Un Alimento especial… Puede ser una receta procedente de tus ancestros.
Una buena cosecha… Uvas, vino, uvas pasas.
“Torta Lunar”… es un postre que se suele hacer para contemplar la luna en la fiesta del medio otoño, rodeado de amigos y familiares.
Dulces de Arroz y Soja (Ohagi)… para la abundancia.
Y finalmente decora tu hogar con flores para unirte a la celebración del Higan No Chu-Nichi.
Ohagi
1 taza y media de frijoles azuki (En caso de no tenerlo usa el común)
2 tazas de arroz mochi o glutinoso.
2 tazas y media de azúcar morena
Sake
Canela en rama
Clavo de olor
Nuez moscada
Sal
Preparación
Primero lavar el arroz muy bien, para ello se deben hacer varios cambios de agua hasta que salga totalmente transparente y no blanca.
Colocar en una olla dos tazas de agua por cada taza de arroz, en este caso, serán 4 tazas.
Agregar el arroz lavado, dos ramas de canela, clavo de olor, una cucharada de azúcar y una pizca de sal, esto con el fin de aromatizar un poco el arroz.
Dejar que el agua llegue al punto de ebullición, y dejar el arroz 2 minutos.
Bajar el fuego al mínimo, se tapa la olla y se deja el arroz durante 15 minutos. Es muy importante no destapar constantemente la olla en este proceso.
Cuando el arroz esté listo, se saca de la olla, se extiende y se deja secar y enfriar en una superficie plana que no sea metálica. No se debe usar agua en este proceso.
Se hace una mezcla de sake, azúcar morena y un poco de nuez moscada que se le agregará al arroz cuando esté frío.
Se forman las bolitas de arroz, es importante mantener las manos húmedas, remojándolas constantemente en agua fría para que el arroz no se pegue.