Hoy en Cocinando con los Dioses continuamos desencriptando la información contenida en nuestros “sensores1”…
Y no podía dejar de invitar a este especial de sensaciones a Isabel Allende, quién a sus cincuenta años nos obsequió su obra “Afrodita”, logrando con cuentos, recetas y afrodisíacos, dimensionar la alimentación como elemento de placer humano, inclusive dándole un matiz erótico. En esta obra, los alimentos, cocina y cultura, se entrelazan para dar como resultado una rica reflexión acerca de lo que denota alimentarse:
“… ¿Dónde comienza el gusto y termina el olfato? Son inseparables. La tentación del café no nace en el sabor, que deja un rescoldo de humo en el recuerdo, sino en esta fragancia intensa y misteriosa de bosque remoto…La comida también entra por los ojos. La frescura de los ingredientes naturales debiera ser suficiente, pero la incansable inventiva humana, cocina, mezcla, transforma y decora los alimentos con la misma pasión empleada en el arreglo personal…».
La acepción que la persona otorgue al ritual de alimentación, dependerá, en gran medida, de su contexto específico, y aún cuando otras personas le adviertan de la significancia de esa liturgia, ella le asignará su valor partiendo de su propia realidad y de su forma de ver el mundo. Isabel Allende apunta:
«…Su casa y su cocina son modelos imposibles de emular; ni siquiera tengo un complejo al respecto, como corresponde a hijas de madres así. A su lado aprendí el valor de una pizca de especias, un chorrito de licor, un pin de sal, una nada de mostaza, un puñado de hierbas, una nube de azúcar flor y otras subjetivas medidas del arte culinario. Sin embargo, pasarían muchos años antes que la cocina dejara de ser un espectáculo concertado por mi madre y me interesara en un plano personal…».
Te invito a seguir la recomendación de Isabel Allende y a poner en práctica el método de Kinestésia a través de los alimentos (Ver Astrología al Día). Esta energía nos da la oportunidad de reequilibrar y reforzar nuestra energía vital y desarrollar la capacidad de auto-sanación.
Mi sugerencia es que cocines con Presencia, transmitiendo vibración positiva a los alimentos. Durante la preparación ve estimulando uno a uno tus sentidos, huele, siente, saborea, escucha y cuando hayas terminado realiza una composición armónica con los ingredientes para estimular la vista, asegúrate de mantener el entusiasmo desde que estés en contacto con los ingredientes hasta después de haber comido. Esto te permitirá apropiarte y canalizar las energías del día (combustible), auto-sanándote y convirtiendo los alimentos en energía vital.
- Durante esta semana estaremos activando uno a uno nuestros “Sensores”, es decir nuestros “Sentidos” ya que las energías planetarias no estarán accesibles para el que solamente come, sino para los que nos atrevamos a comprender que la alimentación es el Lego que nos dejo el Universo “Encriptado”. ↩