Algunas cosas sólo se pueden ver desde la ventana de una aeronave…
El Día de Acción de Gracias es el día festivo del año en que más gente viaja en Estados Unidos. Millones de personas abordan aviones y vuelan durante horas para visitar a amigos y familiares.
¿Teme viajar? Piense que es una oportunidad para observar el cielo. Hay algunas cosas que solo puede ver a través de la ventana del avión. Les Cowley, experto en óptica atmosférica nos da una lista de sus favoritas:
«Ambos lados de la aeronave tienen sus propias vistas», dice Cowley. «En el lado opuesto al Sol, el punto principal para observar es la gloria. Se requiere que haya nubes por debajo de la aeronave. Es el lienzo donde se «pinta» la gloria.
«Mire hacia el punto antisolar, el sitio en las nubes directamente opuesto al Sol», indica. «Allí, si la aeronave está lo bastante baja, descubrirá la sombra del avión. Rodeando la sombra se localiza la gloria, un fulgor blanco brillante circundado por uno o más anillos iridiscentes».
Estos anillos se forman cuando la luz es retrodispersada por gotitas de agua en la nube. Mientras más uniforme sea el tamaño de las gotitas de la nube, se verán más anillos. Mientras usted viaja sobre las nubes, los anillos se dilatan y se contraen con gotitas más chicas o más grandes».
¿No hay nubes por debajo?
«En ese caso», dice Cowlye, «otro efecto óptico pudiera ser visible, especialmente sobre regiones áridas o bosques de pinos. Este es el llamado «efecto de oposición», una brillante área de luz que se mueve a lo largo del suelo debajo de usted. La iluminación, que está siempre directamente opuesta al Sol, marca el punto donde las sombras de objetos, como árboles o gránulos del suelo, están ocultas bajo esos objetos. El área consecuentemente luce más brillante y levemente más amarilla que en los alrededores».
¿Volteando hacia el lado del avión bañado por el sol?
«Ese es el reino de los halos de hielo», dice Cowley. Los halos de hielo son anillos y arcos de luz causados por cristales de hielo en las nubes altas. «A menudo tienen los colores del arco iris», comenta, «pero no son arco iris».
Desde el suelo mire hacia arriba para ver esos halos. Desde un avión mire hacia abajo.
«Tal vez pueda observar halos bajo el horizonte, invisibles desde un punto bajo en el suelo», dice Cowley. «El más brillante, a veces brillantísimo, es el llamado subsolar. Este es una reflexión directa de la luz del Sol por millones de cristales de hielo con forma plana que flotan en las nubes debajo suyo y que actúan como un espejo gigante. Mientras el avión se mueve, el halo subsolar va con él a la deriva a través de las nubes, a veces creciendo, a veces encogiendo, a veces bamboleando a medida que la luz interactúa con cristales de distintas inclinaciones. En ocasiones una columna de luz se extenderá hacia arriba desde el subsolar hacia el verdadero Sol -este es un pilar de Sol bajo.
«La salida y la puesta del Sol desde altitudes altas son especiales», agrega Cowley. «La velocidad del avión puede hacerlas más rápidas o más lentas de lo normal. Más aún, el Sol se ve más achatado pues su luz se refracta casi dos veces la cantidad normal por su entrada en la densa atmósfera baja y luego salir de nuevo a la vista. Tal vez capte la salida de la Luna en un vuelo nocturno; su distorsión y achatamiento son mayores desde el aire por la misma razón».
«Y si ninguna de estas cosas son visibles en su vuelo particular, ignore a sus compañeros de viaje y estire la cabeza para ver una parte del cielo encima de usted. Es oscuro y de un intenso azul violeta —más oscuro de lo que lo ha visto desde la superficie. Una gran parte de la atmósfera terrestre está debajo y hay mucho menos moléculas que dispersen la luz del sol y tornen azul al cielo. Usted no se encuentra lejos del espacio».
¡Feliz Día de Acción de Gracias!
Fuente: Nasa
¿Cuántas veces usted se detiene a observar lo que el cielo cada noche coloca en cartelera?… Recuerde el axioma que dice “Como es arriba…es abajo”…
El cielo y las estrellas no son un adorno… son una realidad.
Observar nos conecta en un 30% con la energía del Universo.
Imitar lo observado nos conecta en un 70% con la energía del Universo…
Emular lo observado nos convierte en la energía.