Aun cuando en años recientes hemos entendido lo que realmente ocurre astronómicamente, mirar los Eclipses siempre ha sido fascinante, aunque no siempre fueron bienvenidos… Por muchos años, las civilizaciones alrededor del mundo le han temido a estos “raros” fenómenos, para muestra de ello les invito a leer la siguiente Leyenda Egipcia:
Seth y Horuseran amargos rivales, pero Seth no se atrevió a entrar en combate abierto, ya que temía a Horus como la maldad teme al bien. Así que maquinó unos planes que le permitieran derrotar a su temible enemigo. Un día Horus buscó a Ra con la petición de que se le permitiese leer el futuro en sus ojos.
Ra le otorgó dicha petición voluntariamente debido a su amor por Horus, el ser amado de los dioses y del hombre. Mientras conversaban pasó a su lado un cerdo negro, un enorme animal siniestro, de aspecto feroz, con ojos que brillaban con astucia y crueldad. Ahora bien, aunque ni Ra ni Horus fueron conscientes del hecho, el cerdo negro era el mismo Seth, que tenía el poder de adoptar la forma de cualquier animal que quisiera. “Qué monstruo más malvado”, exclamó Ra, al mirar al animal. También Horus dirigió su mirada hacia el cerdo negro que seguía sin reconocerlo como su enemigo.
Ésta era la oportunidad de Seth, se abalanzó sobre Horus arrancándole un ojo y se lo tragó, pero Ra le obligó a devolvérselo. Sin duda, los ojos de Horus son el Sol y la Luna, uno de los cuales es tragado o destruido por el “cerdo negro” durante un eclipse. La devolución de la luz a la tierra acaece gracias a la felicidad de Horus por ser obsequiado con la ciudad de Pe.