Cada vez que se acerca una fecha, notoria por alguna “razón”, no falta quien decida afirmar que el fin del mundo se acerca. Los profetas del apocalipsis de muchos tipos han lanzado gritos de alerta por “La llegada al siglo XIX”, “La venida del Cometa Halley en 1910”, “El efecto Júpiter de los 80’s”, “La llegada del año 2000”, “la proximidad del Hercólubus”, solo por mencionar algunas fechas.
La verdad es que solo antiguas tradiciones orales, viejos escritos muchas veces incompletos, pictogramas y viejas pinturas, son algunos de los pocos rastros que quedan de nuestro pasado ancestral. Y Si aún pudiésemos traducir literalmente el significado de cada lengua o dibujo sobre la faz de la tierra aún queda el detalle de su “interpretación en contexto”. ¿Qué estaríamos leyendo? Una historia pasada, un cuento, ciencia-ficción, un drama imaginario, una visión del futuro.
Por otro lado la religión, o la moral, no pueden ser una excusa para esperar un castigo, pues la “descomposición y la decadencia de la humanidad” son un tema tratado en cada era. “Una tablilla asiria de arcilla datada cerca del 2.800 a. C. dice: “Nuestra Tierra está degenerando en estos últimos tiempos, hay claras señales de que el mundo se está acercando rápidamente a su final…”. En la biblia “El arca de Noé” y “Sodoma y Gomorra” por citar un par de ejemplos.
Un tercer punto es, que aun cuando cualquier cosa podría sorprendernos: a) un agujero negro no aparece sin la visible implosión de una estrella, el agujero negro del centro de la Galaxia puede devorar planetas y soles pero vivimos en un punto alejado en uno de los brazos de la espiral de la Vía Láctea, y que aun cuando un cometa en forma de maní del tamaño de Long Island, New York podría destruir la Tierra con el seguimiento al espacio que tienen los científicos, ya lo habrían visto venir.
Sospechas, interpretaciones y predicciones son palabras que escuchamos en estas especulaciones apocalípticas basadas en pseudoconocimiento o lecturas sumarias de textos que aún no terminamos de analizar. Conceptos acelerados por la televisión que los presenta mezclados con imágenes bien realizadas y enlazados con verdades a medias, pues no hay mejor modo de ocultar la mentira que verlo entre verdades. En este terreno los libros, las películas y el internet encuentran terreno fértil para sembrar la idea del “Fin del Mundo”.
Pero la palabra Apocalipsis viene de griego -Apokálypsis- que sería “develamiento” o “revelación”, algo positivo, la puesta en evidencia de algo oculto a la mayoría por una era de mentira, falsedad y error.
Joseph Robert Jochmans un historiador y escritor que se ha dedicado a estudiar hechos alrededor de mitos ancestrales afirma que tanto los Hopis como los Mayas, dos culturas americanas, coincidían en declarar que cercano a estos días que vivimos estaría el final de una era. Tal y como el autor lo describe, ninguna de las dos culturas describe el fin del mundo como el “se acabó”. Ambas ven ese fin de era más como la transición a algo nuevo, algo diferente sin especificar qué.
Fueron grandes astrónomos, uno de sus hallazgos más importantes fue que los objetos en el cielo les ayudaban a predecir con cierta certeza la regularidad de los ciclos en la tierra. Por ello creían que lo que ocurría en el cielo se reflejaría en la tierra. Desarrollaron observaciones que aun hoy utilizamos registrándolo de un modo práctico y manejable, incluso lo aplicaron y aún se aplica en la siembra, la cosecha, los viajes, las fiestas y las batallas, es así como nació el calendario. Ciencia y religión hechos uno, al igual que se hizo en Europa, África y Asia.
Pero… es curioso que habiendo extendido su calendario hasta el 21 de diciembre de 2012, y siendo éste el “último día” no escribieron absolutamente nada en toda su literatura de qué ocurriría ese día o que vendría después. En ninguno de los cientos de códices traducidos se hace mención a ello.
Otro pequeño detalle es que tanto los mayas antiguos como los modernos no tienen un calendario, sino veinte diferentes sistemas de conteo de tiempo, cada uno con sus propias fechas de terminación. Algunos, como el calendario de Tikal, ya han llegado al final desde 1987, mientras que otros no llegarán al 2038.
Que los “apocalípticos” sepan que esa es la fecha indiscutible del fin del mundo es realmente interesante, pues los científicos han comprobado, aun con los relojes más modernos, que “los ciclos de la Tierra y los otros astros no son 100% exactos”, siempre se debe recalcular para saber con precisión, y aun cuando admiramos los cálculos Mayas sabemos que son solo un buen aproximado, y algunos afirman que podría ser en el 2016. Otro factor es que no hay una conexión clara entre el final del ciclo del calendario maya y el concepto maya del fin de la era del Sol. Aun cuando esta cultura tenía una admirable habilidad para la observación astral y los fenómenos de la tierra, ellos mismos no se aventuraban a predecir con la misma certeza que los modernos “profetas del desastre”.
De lo que no hay duda es que en el amanecer del solsticio de invierno (21 de diciembre), nuestro Sol estará cruzando el centro de la galaxia.
Entonces… ¿El Calendario Maya marca el 21-12-2012 como el fin o el principio? Solo las continuas fallas de las anteriores profecías y las inexactitudes de éstas deberían darnos esperanza de vida. Pero lo mejor sería ver el “vaso medio lleno”, y tomar el 21-12-2012 como un portal a una era que se abre frente a nosotros, como un nuevo y fresco comienzo, como una nueva oportunidad.
Imágenes: diena.lt; queverdonde.es