El arcángel San Miguel (su nombre significa en hebreo: ¿Quién como Dios?) es el jefe de los ejércitos celestiales y por lo tanto el príncipe de los ángeles, en las religiones judía, cristiana (excepto protestante) e islámica.
Para los hebreos es el protector de Israel y patrono de la sinagoga. La religión cristiana lo considera como patrono y protector de la Iglesia Universal; y el primero de los siete arcángeles.
También como virrey del cielo, acompañante de las almas a la eternidad (1 Tesalonicenses 4, 16), y el vencedor de Lucifer o Satanás. Por eso en el arte se le representa como un ángel con armadura de general romano, amenazando con una lanza o espada a otro ángel, al demonio o un dragón. En la literatura apócrifa judía, San Miguel ocupa una buena parte. Y su punto de partida, son las Escrituras auténticas (Daniel 12, 1). En el Libro de Enoc, se le menciona varias veces como “Gran Capitán”, el misericordioso y muy paciente; y el santo ángel encargado de la mejor parte de la humanidad y del pueblo.
Miguel Arcángel, quien es conocido como el que más se parece a Dios, pero no siempre fue así…
Hubo otro arcángel, más cerca al trono celestial que Miguel, el segundo al mando del plano celestial, su nombre significaba “el que porta la luz”: Lucifer.
Su ego lo fue llevando a querer más poder, hasta eventualmente enamorarse tanto de sí mismo que se consideró superior a Dios y decidió derrocarlo, fue el valiente Miguel quien logro desterrar a Lucifer y mandarlo a los oscuros recesos del inframundo, donde hoy rige sobre los caídos como amo de las mentiras.
Las escrituras dicen que Dios creó al hombre en su imagen y bien esto es así pues dentro de nuestra alma tenemos cada uno de nosotros nuestra propia versión de los arcángeles: Un Miguel interno que lucha por lo correcto, un Gabriel que dice cuando es suficiente, un Rafael para curar heridas, un Uriel que siempre observa lo que hacemos, Raguel que busca armonía en todo lo que hacemos y mantiene balance, un Zerachiel que busca la sabiduría, un Ramiel que nos lleva hacia la compasión y si, hasta un Lucifer, que trata de mentir y lograr sus objetivos sin importar nada más.
Hoy, es momento para alinear tus fuerzas y derrotar a tu Lucifer interno, mandándolo a las profundidades de la sombra humana para que ahí quede desterrado y sin poder.
- Estudia la mitología de los arcángeles, y pide su ayuda, uno a uno, en vencer a tu sombra.
- Cuando sientas que tienes la razón absoluta, date el permiso de cuestionarte sin criticarte.
- Haz catarsis viendo una obra de teatro.
Nota: El Arcángel Miguel aparece con frecuencia en los iconos de la Visión de Mambré o La Trinidad, cuando los tres arcángeles visitaron al Patriarca Abraham para anunciarle el nacimiento de Isaac.