El éxito consiste en obtener lo que se desea. La felicidad, en disfrutar lo que se obtiene. Ralph Waldo Emerson
Cada día hay en el Universo una estela dejada por la acción de otros seres Esta semana esa estela o “semilla de la semana” fue sembrada por… Ralph Waldo Emerson
Ralph Waldo Emerson fue un escritor, filósofo y poeta estadounidense. Líder del movimiento del trascendentalismo a principios del siglo XIX, sus enseñanzas contribuyeron al desarrollo del movimiento del «Nuevo Pensamiento», a mediados del siglo XIX.
Nació en Boston, Massachusetts, el 26 de mayo de 1803, hijo de Ruth Haskins y William Emerson, un ministro unitario. Fue llamado Ralph como el hermano de su madre, y Waldo como el padre de su bisabuela. Fue el segundo de cinco hijos que sobrevivieron hasta la edad adulta; los otros fueron William, Edward, Robert Bulkeley y Charles. Los otros tres niños —Phebe, John Clarke y Mary Caroline— murieron en edad tierna.
El padre era un pastor unitarista que murió por un cáncer de estómago casi dos semanas antes que Emerson cumpliera ocho años, dejando a su familia en una absoluta pobreza, de la que salieron aceptando la caridad y admitiendo huéspedes. Fue criado por su madre, con la ayuda de otra mujer de la familia, su tía Mary Moody Emerson, que tuvo un efecto particular en Ralph. Vivió algunas temporadas con la familia y mantuvo con Emerson una constante correspondencia hasta su muerte en 1863. Su madre se las arregló para que todos sus hijos pudieran ser admitidos en la Universidad de Harvard con becas, y allí fue a parar Ralph Waldo cuando contaba catorce años.
Su enseñanza formal comenzó en la Boston Latin School en el año 1812, cuando él tenía 9. En octubre de 1817, cuando tenía 14 años, fue al Harvard College y fue elegido como mensajero aprendiz a las órdenes del presidente de la institución. Su tarea era acusar a sus compañeros en sus actividades delictivas informándolo a la facultad. Entretanto, Emerson comenzó a llevar una lista de los libros que había leído y comenzó un diario en una serie de anotadores que serían llamados Wide World. Realizó trabajos extra para cubrir sus gastos escolares, incluido el de mozo para los Junior Commons y ocasionalmente trabajando como maestro con su tío Samuel en Waltham, Massachusetts.
En la universidad empezó su famoso Diario, una antología y centón de pasajes que le sorprendían o admiraban en sus lecturas con sus correspondientes comentarios que terminó alcanzando los 182 volúmenes y que sería la base de donde extraería sus obras posteriores, desde sus sermones hasta sus conferencias y ensayos. Tras obtener su título con un expediente académico mucho más discreto que los de sus hermanos, ayudó a su hermano William en una escuela de señoritas que había establecido en la casa de su madre, después de haber fundado su propia escuela en Chelmsford, Massachusetts.
Emerson conoció a su primera esposa, Ellen Louisa Tucker, en Concord, New Hampshire, el día de Navidad de 1827, casándose cuando ella tenía solo 18 años. La pareja se mudó a Boston, junto a la madre de Emerson, quien viajó con ellos para cuidar de Ellen que ya sufría de tuberculosis. Menos de dos años después, Ellen moría a la edad de 20 años el 8 de febrero de 1831, después de exhalar sus últimas palabras: «No olvidé la paz y la alegría». En una anotación en su diario con fecha del 29 de marzo de 1832, Emerson escribió, «Visité la tumba de Ellen y abrí su lecho».
Emerson fue invitado por la Second Church (Iglesia de corte unitario) para servir de pastor junior e ingresó en la orden el 11 de enero de 1829. Su salario inicial fue de 1200 dólares, creciendo a 1400 en julio, y junto a sus responsabilidades en la iglesia tomó otras: fue capellán de la legislatura en Massachusetts y miembro del comité de la escuela de Boston. Estas actividades lo mantuvieron ocupado, a pesar de que en este período, enfrentando la cercana muerte de su esposa, comenzó a dudar de sus propias creencias.
Después de la muerte de su esposa, comenzó a estar en desacuerdo con los métodos de la Iglesia, escribiendo en su diario en junio de 1832:
Pensé muchas veces que, para ser un buen ministro, era necesario abandonar el ministerio. La profesión es anticuada. En una edad alterada, veneramos las formas muertas de nuestros antepasados.
Sus desacuerdos con la Iglesia oficial sobre la administración del servicio de la Comunión y por las sospechas sobre los rezos públicos lo llevaron a su dimisión en 1832 tras un conflicto con los dirigentes de esta iglesia. Como escribió
Este modo de conmemorar a Cristo no es adecuado, a mí no me cierra. Esa es razón suficiente para abandonar el oficio.
Como había apuntado un alumno de Emerson «Quitando el decente traje negro del pastor, era libre para elegir el traje del lector y del maestro, siendo un pensador no encerrado en los límites de una institución y sus tradiciones».
Las visiones religiosas de Emerson fueron consideradas radicales en su época. Creía que todas las cosas estaban relacionadas con Dios, y que por eso todas las cosas eran divinas. Los críticos creyeron que estaba corriendo la figura central del centro Dios; como dijo Henry Ware Jr. Emerson estaba en peligro al restarle valor «al Padre del Universo» y dejar tan solo «un grupo de chicos en un asilo para huérfanos». Emerson estuvo particularmente influenciado por la filosofía germana y el criticismo bíblico. Sus puntos de vista, las bases del trascendentalismo, sugerían que Dios no tenía que revelar la verdad sino que la verdad podía ser intuitivamente experimentada desde la naturaleza, de manera directa. Su amor al cosmos era panteísta. O como escribió en su diario, «hay una confluencia entre el alma humana y todo lo que existe en el mundo».
Emerson no se convirtió en un fervoroso abolicionista hasta 1844, año en el que sus anotaciones demuestran un interés creciente por la esclavitud —que había comenzado en su juventud—, incluso soñando con ayudar para la liberación de los esclavos. En junio de 1856, poco después de que Charles Sumner, un senador estadounidense, fuese apaleado por su cercanía al abolicionismo, Emerson lamentó no haber estado tan cercano a la causa. Escribió. «Hay hombres que tan pronto cuando nacen toman una línea definida hacia el eje del inquisidor…Hermosa es la manera por la que estamos salvados de este inagotable suplemento de factor moral». Luego del ataque del verano, Emerson comenzó a decir de todo sobre la esclavitud. «Creo que nos debemos deshacer de la esclavitud, o nos debemos deshacer de la libertad», dijo en una charla en Concord ese mismo verano. Emerson usó al esclavismo como un ejemplo claro de la injusticia humana, especialmente en su rol como ministro. A comienzos del 38, provocado por el asesinato de un abolicionista llamado Elijah Parish Lovejoy, dio su primer discurso público en contra de la esclavitud. Como dijo, «Fue el otro día que el bravo Lovejoy puso el pecho a las balas de una multitud, por los derechos de de libre expresión y opinión, y murió cuando era mejor no vivir». John Quincy Adams dijo que la turba asesina de Lovejoy «fue como uno de esos terremotos continentales». Sin embargo, Emerson sostendría que la reforma vendría más por un cambio de acuerdo moral que por la acción militar. En agosto de 1844, dando una conferencia en Concord, dejó en claro su apoyo al movimiento abolicionista. Afirmó: «Debemos íntimamente a este movimiento, y a sus continuadores, la discusión popular de cada uno de los puntos de la práctica ética».
Emerson pudo haber tenido varios pensamientos eróticos relacionados con hombres. Durante sus años de estudiante en Harvard, se vio atraído por un jovencito llamado Martin Gay sobre el cual escribió poesía de recargada sexualidad. Tuvo también varios affaires con mujeres a lo largo de su vida, obviando a sus esposas.
Como conferenciante y orador, Emerson —apodado «el sabio de Concord»— comenzó siendo la voz líder de la cultura intelectual yanqui. Herman Melville, quien conoció a Emerson en 1849, pensó que tenía un «defecto en la región del corazón» y una «autoconciencia tan intelectualmente intensa que en un comienzo uno duda de llamarla por su nombre», y más tarde admitiría que Emerson era «un gran hombre». Theodore Parker, un ministro y trascendentalista, notó su habilidad para influenciar e inspirar a los demás: «El brillante genio de Emerson surgió en las noches invernales, y se extendió por Boston, haciendo que los ojos de los jóvenes ingenuos se alzaran hacia aquel gran comienzo, una belleza y un misterio, que fascinó por aquel momento, mientras que les dio una inspiración eterna, les condujo hacia nuevos caminos y a nuevas esperanzas».
El trabajo de Emerson no solo influenció a sus contemporáneos como Whitman y Thoreau, sino que continuaría influenciando pensadores y escritores en los Estados Unidos y en todo el mundo hasta el momento. Nietzsche y William James reconocieron la influencia del «Sabio de Concord». También en Henri Bergson, cuyo élan vital es una transcripción literal de lo que él llamó vital force.
En su libro La religión americana Harold Bloom repetidamente se refiere a Emerson como «el profeta de la religión americana», lo que en el contexto del libro está relacionado con los credos americanos como el mormonismo y el cristianismo científico, que descollaban en tiempos de Emerson y también a líneas protestantes que Bloom asegura se han convertido en más conocedoras que sus contrapartes europeas. En The Western Canon, Harold Bloom compara a Emerson con Michel de Montaigne: «El único equivalente que yo conozco es releer indefinidamente los anotadores y diarios de Emerson, la versión americana de Montaigne». Varios de los poemas de Emerson fueron incluidos en la antología de Bloom The Best Poems of the English Language.
En 1867 la salud de Emerson comenzó a declinar; escribió mucho menos en sus diarios. Entre el verano de 1871 y la primavera de 1872, comenzó a tener problemas de memoria y a sufrir de afasia. Hacia el final de la década por momentos olvidaba su nombre y cuando alguien le preguntaba cómo se sentía, respondía: «bastante bien; perdí mis facultades mentales, pero estoy perfecto».
El problema con su memoria comenzó a perturbar a Emerson al punto de avergonzarlo, por lo que cesó sus apariciones en público hacia 1879 (tenía 76 años). Como escribió Colmes, «Emerson tiene miedo de confiar mucho en la sociedad, y tiene en cuenta las fallas de su memoria y las grandes dificultades que tiene para encontrar las palabras que desea. Es doloroso atestiguar sus momentos de pudor».
En abril de 1882 una repentina lluvia lo sorprendió mientras caminaba. El frío era intenso. Dos días más tarde fue diagnosticado con neumonía. Murió una semana más tarde, el 27 de abril de 1882 en Concord y está enterrado en el cementerio de Sleepy Hollow, en Concord. Fue depositado en su ataúd llevando un manto blanco regalado por el escultor americano Daniel Chester French.
La filosofía de Emerson es típicamente liberal: potencia los valores del individuo y del yo, es afirmativa, vitalista y optimista. De ahí las alabanzas que mereció por parte de pensadores como Friedrich Nietzsche y otros. Es considerado uno de los primeros ensayistas norteamericanos; publicó dos series de este tipo de escritos, entre los cuales destacan títulos como “Naturaleza”, “Libros”, “Autosuficiencia”, “Ancianidad”, “Civilización americana”, “Historia”, “Confianza en sí mismo”, “El poeta”, “Compensación”, “Experiencia”, “Política” o “El trascendentalista”.
John Murray Forbes (1813-98): sus millones basados en prácticas secretas como miembro de La Orden de Skull & Bones financiaron la carrera de Ralph Waldo Emerson, quien se casó con la hija de Forbes además financiando la Bell Telephone Company, cuyo primer Presidente fue el hijo de Forbes Joseph Coolidge.
En 2000, Universal Pictures lanzó la película The Skulls protagonizada por Joshua Jackson y Paul Walker, los cuales eran veteranos de Yale que fueron elegidos en esta sociedad secreta.
“Uno de los secretos del mundo es que todo subsiste y nada muere; las cosas solo se pierden de vista y después reaparecen… Nada está muerto. Los hombres se fingen muertos y simulan tener velorios y tristes funerales, mientras miran por la ventana, sanos y salvos, en un disfraz nuevo y desconocido…” Ralph Waldo Emerson
“Energía viva que puedes plantar en tu vida”.
Ralph Waldo Emerson
Martin Heidegger
Niccoló Paganini
Ian Fleming
Dante Alighieri
Juana de Arco
Walt Whitman
Te invito a que leas la historia de nuestras Semillas tomando conciencia sobre lo que podrías hacer para trascender en el tiempo 1.
Semilla: Personaje que se convierte en efemérides por su legado 2.
Nota: El criterio que utilizo para seleccionar la semilla es basado en las energías activas en el Universo, para así agrandar el radio de acción que podemos alcanzar.
- Todo el mundo sin excepción tiene un alma. Esta esencia de luz es el común denominador que une la creación, el cosmos y la vida. Deberíamos darnos cuenta que en el fondo somos Luz en movimiento. Pero no somos conscientes de esa Luz, de nuestro origen y nos enredamos en los laberintos de la personalidad. La búsqueda espiritual es la búsqueda de nuestra conciencia, de nuestra divinidad interior. Como dice Rodolfo Llinas :
“La Información es una energía preexistente y fundamental a partir de la cual y con su complejificación se forma la conciencia en sus diferentes grados; la conciencia de orden superior sólo puede desarrollarse sobre la base de la conciencia primaria. Para que la conciencia se dé, es indispensable que la materia posea la Información capaz de entrar en sincronía con la de su medio ambiente.”
El autor es neurocientífico, director del departamento de fisiología y neurociencia de la escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York durante los últimos 26 años, Miembro de la Academia Francesa de la Ciencia, de la Academia de la Ciencia de los Estados Unidos y de la Real Academia Española de Medicina. Recuerda que la emocionalidad tendrá el protagonismo que tú le des.
La gente, embotados sus sentidos, se pierde lo mejor de la vida. O como decía José Ortega y Gasset: “Algunas personas enfocan su vida de modo que viven con entremeses y guarniciones. El plato principal nunca lo conocen”. Sólo cierto ayuno permite despertar de este engaño colectivo, la locura del tener frente a la alegría del ser, que nos hace personas. ↩
- En términos de física cuántica cuando emulamos una acción, ésta se convierte poco a poco en realidad. Entonces, si todos lográramos conectar directamente con las acciones de nuestros ídolos de la historia seguramente cada día seremos mejores personas dando forma a las efemérides del futuro. ↩