Neil Alden Armstrong… Una huella en la historia.

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“Hay grandes ideales sin descubrir, adelantos disponibles que pueden remover una de las capas protectoras de la verdad…»
Neil Alden Armstrong

Cada día hay en el Universo una estela dejada por la acción de otros seres humanos que al igual que nosotros buscaban la excelencia. Hoy esa  estela o  “semilla del día” fue sembrada por…

Neil Alden Armstrong, astronauta de la NASA y el primer ser humano en pisar la Luna en la misión del Apolo 11.

Se dice que en la Casa del Templo, en Washington DC, hay una fotografía de Neil Armstrong sosteniendo su Delantal Masónico a la altura de la cintura sobre su traje espacial.

La confusión de su pertenencia, puede tal vez, estar motivada, en que su padre, que también se llamó Neil, sí fue un activo masón, incluso habiendo llegando al Grado 33.

Aldrin (compañero de Armstrong) llevaba consigo en el interior de su traje espacial, una bandera del Supremo Consejo de la masonería norteamericana.

Esta bandera está hoy expuesta en la biblioteca-museo del Templo del Rito Escocés de Washington.

Hace 40 años un masón subió a la Luna.

Armstrong tenía 38 años cuando el 21 de julio de 1969 puso un pie sobre la luna y pronunció la legendaria frase: «Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad». Se veía increíblemente apuesto en las fotos oficiales de la NASA con su traje de astronauta y el casco en la mano: un hombre soñador, inteligente, visionario, valiente y atractivo, destacó DPA.

Todas estas cualidades podrían haberle habilitado una carrera política como en el caso del astronauta Glenn Ford, quien ingresó en el Senado en 1977. Sin embargo, Armstrong no quiso saber nada de ello, así como de brindar charlas, lo cual le habría proporcionado sumas cuantiosas. Así, se convirtió en una especie de héroe del espacio y a la vez en un enigma.

Al igual que en el caso de la mayoría de los famosos, también en torno a Armstrong, de raíces escocesas e irlandesas, se tejieron numerosas leyendas acerca de su pasión temprana por el espacio.

En las primeras semanas tras el regreso, Armstrong permitió que lo ovacionaran junto al resto del equipo alrededor del mundo. Pero poco después informó que no volvería a viajar al espacio y abandonó por completo la NASA en 1971, para desempeñarse como profesor de ingeniería aeronáutica y espacial en la Universidad de Cincinnati durante ocho años. Después de eso, Armstrong, casado dos veces, integró las juntas directivas de distintas empresas.

Imagen: 3.bp.blogspot.com

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