Esta semana reza el dicho que dice: “Como es arriba, es abajo”.
La Vía Láctea es nuestro hogar en el Universo en una escala más grande que sólo nuestro planeta o sistema solar. Prácticamente todo lo que vemos a simple vista en el cielo nocturno es una parte de la Vía Láctea.
Mitología
- En todas las culturas aparecen mitos y leyendas relacionados con la Vía Láctea, esa mancha blanquecina que vemos en el cielo nocturno.
- En España, desde el siglo XII, corre la bellísima leyenda que afirma que el camino de Santiago, ritual de peregrinación antiquísimo, sigue la “Misma orientación” -de Este a Oeste- que la propia Vía Láctea y que fue el propio Apóstol Santiago quien se le apareció a Carlomagno y le comunicó que siguiendo la Vía Láctea los caminantes podrían llegar a su destino en Santiago de Compostela, Galicia.
- En nuestra cultura occidental pervive el mito griego acerca de la leche que la diosa Hera derramó por el cielo al apartar de sí al niño Heracles, que le mordió el pezón mientras ella lo amamantaba.
- Los siberianos dicen que la Vía Láctea es un enorme costurón en el cielo.
- Los lapones creen que son las huellas de un dios cazador que va tras su presa: un oso polar celeste.
- Según una leyenda armenia la mancha blanquecina del cielo es el rastro de un héroe que en un invierno frío, robó paja de los dioses para entregarla a los humanos y dejó la huella por donde la arrastró.
- Para los celtas la Vía láctea es la cadena de su dios Lugh.
- Los mayas, explicaban que la Galaxia es una serpiente emplumada que vomita por su boca todos los planetas y cuerpos celestes.
- Algo parecido a lo que hacía la diosa egipcia Nut, que se tragaba al sol por la noche, para parirlo por la mañana.
En fin, que en todas las tradiciones tiene un origen divino y es un lugar de paso, que lleva desde un plano a otro del Cosmos, de la tierra al Cielo. Es el camino de los místicos, de los exploradores, del gran viaje del espíritu, el que lleva de un nivel a otro de la psique.
Las ondas al moverse por la atmósfera detonan campos de energía traducidos por los meteorólogos en “Reportes del Tiempo”… eso mismo sucede con el ser humano, con la diferencia que sus nubarrones no son visibles sino sensibles a través de su emocionalidad.
Los planetas nos alimentan de su energía a través de longitud de onda que nos alcanza a través de nuestras glándulas.
La glándula segrega una hormona y ésta a su vez una emoción, voy a explicar las energías desde su esencia y no desde su forma.
“No es que a la persona le sucede un acontecimiento, sino que al acontecimiento le sucede una persona. Un individuo se encuentra con determinados acontecimientos porque los necesita para poder llegar a ser más plenamente lo que sólo es potencialmente”. Dane Rudyhar
Por lo tanto debemos estudiar los acontecimientos como si fueran el fruto de un árbol sembrado en el tiempo cuyas raíces son el camino que nos conduce a su semilla.
Cada día el Universo nos reta de diferentes formas… No te dejes intimidar!
Luz Roja: A la ansiedad, a la prisa.
Luz amarilla: A la la ausencia.
Luz verde: A la presencia, a las señales.
“Apuesta a ti… El premio eres tú”
Lourdes Méndez