“No es que a la persona le sucede un acontecimiento, sino que al acontecimiento le sucede una persona. Un individuo se encuentra con determinados acontecimientos porque los necesita para poder llegar a ser mas plenamente lo que sólo es potencialmente”.
Estas palabras me marcaron para siempre, al punto que desde entonces estudio los acontecimientos como si fueran el fruto de un árbol sembrado en el tiempo cuyas raíces son el camino que me conduce a su semilla. En esa odisea transité trece caminos que decidí llamar “Esferas” porque el tiempo no es lineal sino esférico.
El primer camino me condujo a trece esferas planetarias en donde mis experiencias fueron lineales… (Parte 1) (Parte 2).
El segundo camino me condujo a trece esferas planetarias en donde mis experiencias fueron dimensionales.
1. La Esfera del Sol II en donde me encontré con él. En donde aprendí que somos su reflejo o tal vez su proyección, todos los planetas giran a su alrededor y de alguna manera y a través de nuestra estructura molecular nuestro Sol (nosotros) quiere emularlo. Comprendí sorprendida que la única manera de entenderlo era a través de leyes físicas, leyes que se escapaban de mi comprensión y tal vez de mi memoria y buscando en mis recuerdos regrese a mi tercer año de bachillerato en un liceo de mi ciudad natal en mi primera clase de Física cuando mi profesor explicó la ley de la gravedad mientras yo la experimentaba en mi cuerpo sentada en mi pupitre con un lápiz que deje caer al piso y con un sentimiento de “pertenencia” que nunca antes había experimentado.
Muchos años pasaron antes de saber que había tenido un primer contacto con mi “centro de gravedad” contacto impulsado por el concepto. “Nada existe hasta que no se nombra”.
Newton basándose en las leyes de Kepler y en las leyes de la mecánica, llego a la deducción de la formula de la Ley de Gravitación Universal.
Kepler había pretendido darle explicación a las causas de las leyes que rigen el movimiento de los planetas, pero fue Newton quién le dio solución dinámica al problema del movimiento de los planetas con su ley de Gravitación Universal.
Partiendo de los datos cuidadosamente seleccionados por Brahe, el astrónomo Johanees Kepler enuncio sus famosas leyes, conocidas hoy como Leyes de Kepler.
Desde la más remota antigüedad, el hombre se ha sentido atraído por el comportamiento de los astros y ha tratado de buscarle explicación. Así desde la época de los griegos, pasando por Tolomeo y Copérnico con un sistema heliocéntrico se fue evolucionando hasta llegar a la época de Tycho Brahe, el cual hizo mediaciones más precisas de las posiciones de los cuerpos celestes.
Según Einstein, no existe el empuje gravitatorio; dicha fuerza es una ilusión, un efecto de la geometría. Así, la Tierra deforma el espacio-tiempo de nuestro entorno, de manera que el propio espacio nos empuja hacia el suelo. Una hormiga, al caminar sobre un papel arrugado, tendrá la sensación de que hay fuerzas misteriosas que la empujan hacia diferentes direcciones, pero lo único que existe son pliegues en el papel, su geometría. La deformación geométrica viene caracterizada por el tensor métrico que satisface las ecuaciones de campo de Einstein. La «Fuerza de la Gravedad» Newtoniana es sólo un efecto asociado al hecho de que un observador en reposo respecto a la fuente del campo no es un observador inercial y por tanto al tratar de aplicar el equivalente relativista de las Leyes de Newton mide fuerzas ficticias dadas por los símbolos de Christoffel de la métrica del espacio tiempo.
Decidí que no iba a ser un “cuerpo inerte”, decidí que no iba a ser un “observador en reposo” y que ni mi vida ni mis experiencias iban a ser ficticias, a partir de ese momento mi vida dejo de ser ordinaria para convertirse en extraordinaria, cada situación, cada emoción, cada sensación fue documentada y experimentada hasta que me di cuenta que ellas eran un hilo conector no sólo desde el campo sensorial sino también desde el dimensional.
2. La Esfera de la Luna II en donde me encontré a mí misma, en donde comprendí vivencialmente las palabras de García Márquez cuando dijo:
«Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez».
En la Esfera Lunar I, nosotros “parimos” o somos “paridos”.
En la Esfera Lunar II hay un nacimiento “simbólico” producto de nuestra comprensión, no sólo en el campo emocional sino existencial. En esta esfera aparece la conciencia 1 de nuestros ANCESTROS, de aquellos seres que existen en nuestra memoria celular esperando ser liberados por nuestra comprensión. En esta Esfera ya no es solo mi hijo, sino mis padres, abuelos y todo un árbol genealógico que vibra con mis acciones y con mis decisiones. Quiere decir que el concepto de “hijo” solo pertenece a la primera esfera porque en la medida que subimos vamos alcanzando una visión real de nuestra existencia en donde todo nuestro árbol vive dentro de nosotros y se alimenta de nuestra vivencia. Ese es el camino para nuestro “Parto” (Esfera Lunar III).
“Varios prestigiosos científicos, algunos de ellos Premio Nobel, al estudiar la clave genética y comprender que detrás de ella hay una lógica programación en una pequeña molécula dotada de una información superior al contenido de 1.000 enciclopedias, han tenido una transformación al captar la realidad existente hacia lo infinitamente pequeño, y por sobre el dogmatismo señalan que una mente está detrás de la vida, y no el azar. Llega a tanto esa programación previa al nacimiento, que esos científicos aceptan y postulan que la clave genética viene estructurada de tal manera para cada persona, que no se podrá vivir más años que los que cada uno trae programados vivir; que se padecerán determinadas enfermedades de manera espontánea o si ciertos condicionantes se hacen presente; que se será más o menos inmune ante predeterminadas enfermedades infecto contagiosas. Ellos, con su apertura mental, tienen un chispazo divino que los hace, en alguna medida, comprender la justicia y la lógica del Plan Divino que nos rige”.
Mis recuerdos me llevaron a un sueño que tuve cuando era apenas una adolescente:
Soné que estaba en la cima de una montana que podría ser la parte alta de una de las haciendas de mi padre, yo estaba acostada sobre la grama dando a luz con fuertes dolores de parto, mis manos se enterraban en la tierra mientras yo gritaba desesperada del dolor. Nadie estaba conmigo pero yo sabía que alguien o algo me estaba ayudando, de pronto un dolor que atravesó mis entrañas me hizo saber que había llegado el momento, el sudor cubría mi cuerpo y un cielo intensamente azul era testigo mudo de mis plegarias. De pronto todo cesó… levante poco a poco mi cabeza para contemplar atónita unas manos sangrando cargando un “Cordero” aún siento en mis oídos el grito ahogado que salió de mi garganta. Desperté temblando, bañada en sudor y con la sensación pélvica de haber dado a luz.
Con el pasar de los años he buscado el significado de ese sueño sin una respuesta que me satisfaga. He preguntado a Chamanes, sacerdotes, ministros, lamas, Rinpoche y hasta recurrí a la Terapia Gestal. Hoy comprendo que la respuesta estuvo siempre en mi, que ese sueño fue el parto de mi compromiso existencial ( Esfera Lunar III).
Próxima entrega: Lunes 30 de agosto, en donde daré fragmentos de la esfera de Mercurio, Venus y Marte en el segundo camino.
- El significado (meaning) equivale a la conciencia. La conciencia sin sujeto es conocimiento. La conciencia más la conciencia del sujeto es la sabiduría. La sabiduría es el “know how”, que es la base del hacer y del Albedrío. ↩