“Feliz Navidad, Merry Christmas, Buon Natale, Mo’adim Lesimkha, Feliz Natal, Gajan Kristnaskon & Bonan Novjaron, Fröhliche Weihnachten, Zalige Kertfeest”.
Cada día hay en el Universo una estela dejada por la acción de otros seres humanos que al igual que nosotros buscaban la excelencia. Esta semana esa estela o “semilla del día” fue sembrada por…
La Celebración…
Cada año, después del día de Acción de Gracias, la mayoría de los pensamientos de las personas se tornan hacia la Navidad. Este es el tiempo que los cristianos profesos están supuestos a enfocarse en Jesucristo. ¡Después de todo, es la temporada de su “natividad”!
Rodolfo el reno de la nariz roja, las guirnaldas de flores, los árboles decorados, el muérdago, los saludos de temporada, la música de temporada y Santa Claus están todos asociados con esta festividad. Todos estos traen sentimientos cálidos a aquellos que la celebran.
La Navidad es considerada por muchos como un tiempo maravilloso, que enfoca a los participantes en dar, en la unidad familiar, en la música y las decoraciones hermosas, en festejar y cantar villancicos navideños.
La Navidad es una tradición perteneciente a los países nórdicos.
La leyenda, según el ángel Uriel, relata que el espíritu llegó al planeta proveniente de una galaxia lejana y se instaló en la región Norte, en lo que hoy se conoce como la península escandinava.
El espíritu de la Navidad es concebido no como una persona de carne y hueso, a pesar de que la leyenda así lo describe, sino más bien como una energía que viene desde del centro de nuestro sistema estelar y que llega año tras año para repartir, más que cosas materiales, aquello de lo cual los seres humanos no deberían prescindir: Paz, amor y con ellos sabiduría.
La Navidad, también llamada coloquialmente «pascua», es una de las festividades más importantes del cristianismo, junto con la Pascua de resurrección y Pentecostés. Esta solemnidad, que conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén, se celebra el 25 de diciembre en la Iglesia católica, en la Iglesia anglicana, en algunas comunidades protestantes y en la mayoría de las Iglesias ortodoxas. En cambio, se festeja el 7 de enero en otras Iglesias ortodoxas como la Iglesia ortodoxa rusa o la Iglesia ortodoxa de Jerusalén, que no aceptaron la reforma hecha al calendario juliano para pasar al calendario conocido como gregoriano, nombre derivado de su reformador, el papa Gregorio XIII.
Los angloparlantes utilizan el término Christmas, cuyo significado es ‘misa (mass) de Cristo’. En algunas lenguas germánicas, como el alemán, la fiesta se denomina Weihnachten, que significa ‘noche de bendición’. Las fiestas de la Navidad se proponen, como su nombre indica, celebrar la Natividad (es decir, el nacimiento) de Jesús de Nazaret.
Formación de la Navidad como fiesta de diciembre
Según la Enciclopedia Católica, la Navidad no está incluida en la lista de festividades cristianas de Ireneo ni en la lista de Tertuliano acerca del mismo tema, las cuales son las listas más antiguas que se conocen. La evidencia más temprana de la preocupación por la fecha de la Navidad se encuentra en Alejandría, cerca del año 200 de nuestra era, cuando Clemente de Alejandría indica que ciertos teólogos egipcios “muy curiosos” asignan no solo el año sino también el día real del nacimiento de Cristo como pashons copto (20 de mayo) en el vigésimo octavo año de Augusto. Desde 221, en la obra Chronographiai, Sexto Julio Africano popularizó el 25 de diciembre como la fecha del nacimiento de Jesús. Para la época del Concilio de Nicea I en 325, la Iglesia alejandrina ya había fijado el Díes nativitatis et epifaníae.
Los pueblos nórdicos y el origen del árbol navideño
El árbol es rico en hierofanías. Por su forma y por su modalidad, es símbolo ideal de la vida. Por ser vertical, es fálico; y por perder hojas y renovarlas cada año, es asociado con la muerte y la resurrección (19). Esto fue así desde la antigüedad. El motivo del árbol sagrado lo encontramos ya en un bajorrelieve del palacio de Asurnasipal ll (20) en Tell-Ninrud. El símbolo del árbol en Babilonia fue estilizado con el signo de la cruz, como la tau de Tamuz (Dumuzi sumerio) el dios que al renacer adoptaba el símbolo vegetal.
Entre los mitos nórdicos, descubrimos que el árbol era el centro del universo. Para los germanos, la vegetación también estaba asociada con la agonía mortal del sol; hecho coincidente éste con las Saturnalias. Los antiguos indoeuropeos observaban que hacia la mitad del invierno el sol quedaba inmóvil cerca del oriente meridional y luego se elevaba paulatinamente. A este fenómeno astronómico se lo conoció como el día del solsticio (sol detenido) (21). Temiendo que la oscuridad de diciembre venciera al sol y lo ocultase, se decoraban las casas con acebo, hierba, muérdago y laurel, ya que estas hojas perennes, al seguir en el mismo estado aparente después de ser arrancadas, eran símbolo de inmortalidad. Además, se encendían leños; se hacían grandes fogatas y se prendían velas. Esta iluminación durante esa noche actuaba como una especie de magia imitativa que intentaba revivir al sol. Por lo tanto, en la mentalidad arcaica, los árboles iluminados no sólo eran símbolo de fertilidad sino de renacimiento solar. De estas creencias se derivan las prácticas de entregar una rama de alguna planta al final de la Saturnalia, a los nuevos magistrados como símbolo de permanencia en su cargo.
En la Edad Media, el leño era parte de un impuesto en productos naturales que el vasallo debía pagar a su Señor feudal (23). Los cánones exigían que se pagaran productos determinados según las fechas y en evocación a rituales pasados. Así como en Pascua se exigían huevos, en Navidad se exigió un leño. Este no era un leño pequeño sino que consistía en una enorme porción de árbol. Durante la Navidad, el leño se quemaba en el hogar; acto seguido, toda la familia iba a los servicios religiosos dejando el leño encendido. Si la tea ardiente se apagaba por alguna razón, esto era presagio de desgracia.
Según la leyenda, fue Lutero quien cambio esta costumbre entre los protestantes. Así, en lugar de quemar el leño, se le encendían velas (24). Dicha costumbre comenzó a difundirse en América para 1761 importada directamente de Alemania. Ya para 1850, por primera vez, en Nueva York comenzaron a iluminarse los árboles a gas.
Odin y san nicolas
En algunas partes de Alemania se puede observar la costumbre de prometer juguetes a los niños si son buenos y si no se les amenazaba con un personaje diabólico llamado «Nicolás el velludo» (25) que se los iba a llevar en una bolsa. La figura de San Nicolás es muy popular durante las Navidades. En la tradición cristiana suele relacionarse con el obispo Nicolás de Lacia, región que hoy pertenece a Turquía. Hombre famoso por su generosidad y sus donaciones. En una ocasión, ayudó a una familia muy pobre arrojándole durante tres días una bolsa repleta de monedas por la chimenea. Se dice que Nicolás murió el 6 de diciembre. Sus restos fueron transportados al sur de Italia y la Iglesia lo canonizó como «San Nicolás» (26).
Pero una mirada más profunda nos evidencia que este personaje tiene raíces en la mitología nórdica. Odín era un dios que vivía en una estrella. Además, tenía una larga barba blanca y un extraño sombrero. Los teutones creían que, después de la fiesta del sol, el 25 de diciembre, Odín cabalgaba con las almas de los difuntos hasta el 6 de enero. El ventarrón que levantaban tras su paso atraía las semillas: de esta manera fertilizaba la tierra. Aparejado con esto, se efectuaba el ritual de poner por la noche heno en las botas y zuecos bajo la creencia de que los caballos necesitaban alimento, especialmente el caballo gris de Odin, llamado Sleipnir. En lugar del heno, Odín dejaría oro (27).
Los primeros cristianos no la celebraban
El hecho de que no se documentara la fecha del nacimiento pero sí de la muerte de Jesús, demuestra cuál rito era importante para sus discípulos más allegados. Ni se les cruzó la idea de tal celebración. La doctrina temprana estaba dominada por la creencia de una segunda presencia de Cristo en poder real. Se lo visualizó en el Apocalipsis sobre un caballo blanco, con una corona y una espada venciendo a sus enemigos. Pero el hecho de que sus expectativas no se cumplieran en su tiempo, dio lugar a la adaptación de la Iglesia durante la época prenicena a la situación política imperante, oficializando el cristianismo después de Constantino como estrategia de cohesión. En vez de esperar una presencia mesiánica única y absoluta, Cristo ahora renacería todos los años el 25 de diciembre. La fecha tradicional de la muerte y resurrección de los dioses del paganismo. Como el caso de Mitra.
Esta vuelta a las creencias madres arquetípicas, denota la continuidad entre la navidad cristiana y los ancestrales ritos paganos.
“Energía viva que puedes plantar en tu vida”.
Te invito a que leas la historia de nuestras Semillas tomando conciencia sobre lo que podrías hacer para trascender en el tiempo 1.
Celebremos el Nacimiento del Sol.
Semilla: Personaje que se convierte en efemérides por su legado 2.
Nota: El criterio que utilizo para seleccionar la semilla es basado en las energías activas en el Universo, para así agrandar el radio de acción que podemos alcanzar.
- Todo el mundo sin excepción tiene un alma. Esta esencia de luz es el común denominador que une la creación, el cosmos y la vida. Deberíamos darnos cuenta que en el fondo somos Luz en movimiento. Pero no somos conscientes de esa Luz, de nuestro origen y nos enredamos en los laberintos de la personalidad. La búsqueda espiritual es la búsqueda de nuestra conciencia, de nuestra divinidad interior. Como dice Rodolfo Llinas :
“La Información es una energía preexistente y fundamental a partir de la cual y con su complejificación se forma la conciencia en sus diferentes grados; la conciencia de orden superior sólo puede desarrollarse sobre la base de la conciencia primaria. Para que la conciencia se dé, es indispensable que la materia posea la Información capaz de entrar en sincronía con la de su medio ambiente.”
El autor es neurocientífico, director del departamento de fisiología y neurociencia de la escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York durante los últimos 26 años, Miembro de la Academia Francesa de la Ciencia, de la Academia de la Ciencia de los Estados Unidos y de la Real Academia Española de Medicina. Recuerda que la emocionalidad tendrá el protagonismo que tú le des.
La gente, embotados sus sentidos, se pierde lo mejor de la vida. O como decía José Ortega y Gasset: “Algunas personas enfocan su vida de modo que viven con entremeses y guarniciones. El plato principal nunca lo conocen”. Sólo cierto ayuno permite despertar de este engaño colectivo, la locura del tener frente a la alegría del ser, que nos hace personas. ↩
- En términos de física cuántica cuando emulamos una acción, ésta se convierte poco a poco en realidad. Entonces, si todos lográramos conectar directamente con las acciones de nuestros ídolos de la historia seguramente cada día seremos mejores personas dando forma a las efemérides del futuro. ↩