En términos de física cuántica cuando tú emulas una acción, ésta se convierte poco a poco en realidad. Entonces, si todos lográramos conectar directamente con las acciones de nuestros ídolos de la historia seguramente cada día seremos mejores personas dando forma a las efemérides del futuro.
Te invito a que leas la historia de nuestras Semillas tomando conciencia sobre lo que podrías hacer para trascender en el tiempo.
Todo el mundo sin excepción tiene un alma.
Esta esencia de luz es el común denominador que une la creación, el cosmos y la vida. Deberíamos darnos cuenta que en el fondo somos Luz en movimiento. Pero no somos conscientes de esa Luz, de nuestro origen y nos enredamos en los laberintos de la personalidad. La búsqueda espiritual es la búsqueda de nuestra conciencia, de nuestra divinidad interior.
Como dice Rodolfo Llinas:
“La Información es una energía preexistente y fundamental a partir de la cual y con su complejificación se forma la conciencia en sus diferentes grados; la conciencia de orden superior sólo puede desarrollarse sobre la base de la conciencia primaria. Para que la conciencia se dé, es indispensable que la materia posea la Información capaz de entrar en sincronía con la de su medio ambiente.”
El autor es neurocientífico, director del departamento de fisiología y neurociencia de la escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York durante los últimos 26 años, Miembro de la Academia Francesa de la Ciencia, de la Academia de la Ciencia de los Estados Unidos y de la Real Academia Española de Medicina.
Recuerda que la emocionalidad tendrá el protagonismo que tú le des.
La gente, embotados sus sentidos, se pierde lo mejor de la vida. O como decía José Ortega y Gasset: “Algunas personas enfocan su vida de modo que viven con entremeses y guarniciones. El plato principal nunca lo conocen”. Sólo cierto ayuno permite despertar de este engaño colectivo, la locura del tener frente a la alegría del ser, que nos hace personas.
Cada día hay en el Universo una estela dejada por la acción de otros seres humanos que al igual que nosotros buscaban la excelencia. Hoy esa estela o “semilla del día” fue sembrada por…
Teólogo, filósofo y musicólogo francés. Hijo de un pastor protestante, su actividad se extiende a un tiempo a los estudios teológicos, filosóficos, a la música y a la medicina. El pueblo alsaciano de Gunsbach fue el primer escenario de su infancia, del que siempre guardó un entrañable recuerdo; allí hizo sus primeros estudios. Pasó luego a Mulhouse, donde cursó el bachillerato y se inició en el órgano bajo la dirección de Eugène Munch. Más tarde, en París, estudió Teología y Filosofía en la Sorbona y órgano en el Conservatorio con Charles-Marie Widor.
Doctor en Filosofía en 1899, licenciado en Teología en 1900, dos años después fue nombrado «maestro de conferencias» de la Facultad de Teología protestante de Strasburgo, donde se distinguió por sus opiniones originales sobre el Nuevo Testamento que expuso en la tesis De Reimarus hasta Wrede; historia de las investigaciones sobre la vida de Jesús (1905). Al mismo tiempo se hizo notar como conocedor e intérprete de Bach.
Hombre admirable, que basó su existencia en uno de los principios más loables, el respeto a la vida.
Solo cuando se vive plenamente basado en principios puede uno florecer como un héroe y él lo hizo en un periodo de postguerra viviendo en una de las regiones más violentas y desasistidas del mundo mientras luchaba contra una de las enfermedades mas terribles.
“El mayor descubrimiento de cualquier generación es que los seres humanos pueden alterar sus vidas modificando sus actitudes mentales”
La luz de la semilla de hoy, el Dr. Albert Schweitzer, no fue opacada por la discriminación ni por la indolencia, llego con sus principios a quienes le rodeaban y aun a lugares lejanos.
Vivió sin contaminarse en un mundo caracterizado por su indiferencia, fue ejemplo con la acción en su vida y sus creencias, es inspiración con sus pensamientos y palabras.
Su aventura fue hacer lo necesario para respetar la vida, su reto darle a la humanidad lo necesario para preservarse. Médico, filósofo, teólogo, activista enérgico y músico.
Presentamos a un hombre de conciencia, un hombre modesto que se convirtió en Premio Nobel de la Paz de 1952.
Nota: El criterio que utilizo para seleccionar la semilla es basado en las energías activas en el Universo, para así agrandar el radio de acción que podemos alcanzar.